CHARDONNAY

Historia y Origen
La historia del Chardonnay se remonta al siglo XII, cuando los monjes cistercienses comenzaron su cultivo en Borgoña. Su nombre proviene del pequeño pueblo de Chardonnay en Mâconnais, Francia. Los estudios genéticos han revelado que esta variedad es un cruce natural entre Gouais Blanc y Pinot. De sus humildes orígenes borgoñones, el Chardonnay se ha convertido en una de las uvas blancas más plantadas del mundo, con más de 200.000 hectáreas.

Denominaciones Prestigiosas
En Borgoña encontramos las expresiones más reverenciadas: Montrachet, considerado "el rey de los vinos blancos", Meursault con su opulencia mantecosa y Chablis con su cristalina mineralidad. En el Nuevo Mundo destacan regiones como Napa Valley AVA y Margaret River. En España, esta variedad brilla especialmente en Penedès DO y Navarra DO, donde se elaboran versiones muy elegantes.

Características de Cata
En nariz, el Chardonnay revela una amplia gama aromática: desde manzana verde y cítricos hasta melocotón y frutas tropicales. Los ejemplares con crianza en roble desarrollan notas de mantequilla, vainilla y avellanas tostadas. En boca, destaca por su estructura media-alta, con una acidez equilibrada y un cuerpo que puede variar de medio a completo.

Regiones Productoras
Además de Borgoña, el Chardonnay encuentra expresiones únicas en California, donde produce vinos opulentos y cremosos. En Chile y Argentina, la altitud aporta frescura y tensión. Australia, especialmente Margaret River, elabora versiones que combinan la fruta tropical con una mineralidad distintiva.

Maridaje y Ocasiones
La versatilidad del Chardonnay lo convierte en un vino excepcional para la mesa. Los Chardonnay más frescos son perfectos con mariscos y pescados blancos. Las versiones con crianza en roble armonizan maravillosamente con aves, carnes blancas y quesos cremosos. Es también un excelente vino de aperitivo y brilla especialmente en celebraciones elegantes.