Un mosaico de regiones y tradiciones
El Portugal vinícola es un auténtico tesoro aún por descubrir, un país donde la influencia atlántica, la diversidad de suelos y un patrimonio varietal único crean vinos de extraordinario carácter. Desde el famoso Oporto del valle del Duero, con sus empinadas terrazas de esquisto, hasta los frescos vinos verdes del Miño, pasando por los potentes tintos del Alentejo y las expresiones volcánicas de las Azores, cada región cuenta una historia diferente. Esta variedad se hace aún más fascinante gracias a una viticultura a menudo ancestral, donde viñedos centenarios y técnicas tradicionales como la vinificación en ánforas conviven con enfoques modernos, creando un estilo inconfundible que combina profundidad, frescura atlántica e identidad territorial.
El patrimonio varietal más rico de Europa
La verdadera riqueza de la enología portuguesa reside en su extraordinario patrimonio de variedades autóctonas, con más de 250 variedades indígenas. Entre los tintos encontramos la estructurada Touriga Nacional, la profunda Touriga Franca, la elegante Baga y la rústica Trincadeira, mientras que entre los blancos destacan la aromática Alvarinho, la mineral Arinto, la compleja Encruzado y la vivaz Loureiro. Esta diversidad se expresa mejor en las tradicionales mezclas de campo, viñedos mixtos donde se cultivan juntas decenas de variedades y se vinifican en mezcla, creando vinos de extraordinaria complejidad. Una biodiversidad que representa no solo un patrimonio cultural, sino también un recurso estratégico para la adaptación al cambio climático.
Entre la tradición secular y el renacimiento cualitativo
Nuestra selección rinde homenaje tanto a bodegas históricas como Niepoort, que revolucionó el concepto del Oporto y los vinos tranquilos del Duero, como a productores maestros de la variedad Baga en la región de Bairrada, que han liderado el renacimiento cualitativo. Estos productores comparten un profundo respeto por la tradición portuguesa, al tiempo que adoptan técnicas modernas que realzan la precisión y la pureza de la fruta. El resultado son vinos que expresan un equilibrio perfecto entre el patrimonio histórico y la visión contemporánea, ofreciendo una experiencia de descubrimiento única y fascinante.
