DOMAINE PIGNIER

La historia del Domaine Pignier es muy antigua, ya que se remonta al siglo XIII. Fueron los monjes cartujos quienes crearon y cuidaron los viñedos que hoy forman parte de la bodega Montaigu, que fueron comprados por la familia Pignier en 1794, cuando los monjes se vieron obligados a huir tras la Revolución Francesa.
En tiempos más recientes, entre los años 70 y finales del siglo XX, las distintas generaciones de la familia aumentaron el tamaño del Domaine, mientras que en 2002 se inició la conversión a la agricultura biodinámica, un paso fundamental para entender el estilo de los vinos Pignier. En la actualidad, tres hermanos están al frente de esta histórica casa del Jura francés, que ocupa 37 hectáreas dentro de esta región vinícola específica. El terruño de Montaigu es especialmente adecuado para el cultivo de la vid, y el equipo del Domaine se preocupa de preservar esta vocación, aportando a la cosecha uvas de gran calidad que no requieren demasiadas intervenciones en la bodega. La atención se centra en las variedades tradicionales como el pulsard, el trousseau y el savagnin, así como en algunas variedades internacionales como el chardonnay. Como ya se ha dicho, los procedimientos y el trabajo en las filas y en la bodega se basan en la agricultura biodinámica, que comenzó a experimentarse ya en 1998 y que ahora está certificada por la asociación internacional Demeter.
Partiendo de esta filosofía, perseguida con rigor y puntualidad, el Domaine Pignier produce hoy en día diversas etiquetas, desde los tintos hasta los blancos -entre ellos el Côtes du Jura ""Les Gauthierès"" y la ""Cuvéee à la Percenette"". - así como Crémants. Los vinos revelan un fuerte carácter, obtenido a través de un código estilístico preciso y puntual, que tiene su origen en la tradición pero siempre pensando en la bebibilidad, la clave para crear botellas que puedan abrirse paso en los corazones y paladares de los consumidores.