Rubinelli Vajol
La tierra de Vajol se encuentra en el centro geográfico de la histórica Valpolicella; aquí, los viñedos, los muros de piedra seca, la marogne, los olivos, los almendros y los cerezos salpican maravillosamente la tierra, mientras que la alta calidad del vino producido guarda el secreto de la dulzura que brota del corazón de Valpolicella. Gaetano Rubinelli es el fundador de la familia Rubinelli; después de haber diseñado y construido la presa de Chievo en el río Adigio, que suministraba electricidad a las industrias de Verona a principios del siglo XX, Gaetano compró el campo de Vajol, por su perfecta forma cóncava. A lo largo de los años, el deseo de la familia Rubinelli de producir un Cru del Vajol ha tomado forma, dando voz a la excelencia de los productos de esta tierra, es decir, uvas de la más alta calidad, resultado de una exposición ideal al sol y un secado perfecto en el clima ventilado y templado de la Conca del Vajol. La Campagna del Vajol está situada entre la milenaria iglesia parroquial de San Floriano y San Pietro in Cariano, el principal municipio de la zona de la Valpolicella Classica. Está orientada totalmente al sur y cuenta con diez hectáreas de viñedos, con la casa de campo, la bodega y la frutería en el centro. Las uvas corvina, corvinone y rondinella constituyen casi la totalidad de las uvas presentes, además de una pequeña cantidad de molinara y oseleta. Con el fin de salvaguardar el medio ambiente y la salud del consumidor, en respeto a la naturaleza y en la búsqueda de la mejora de las características de la zona, se han eliminado los herbicidas y los abonos sintéticos, sustituyéndolos por el desbroce mecánico de las hileras y el abono verde. Por último, la vendimia se realiza a mano, en varias etapas, primero para el Amarone y los vinos a secar, y luego, de nuevo manualmente, para el prensado inmediato. Sólo se producen botellas numeradas de los cinco vinos tintos de Valpolicella Classica: Amarone, Ripasso, Valpolicella Classico Superiore, Valpolicella Classico y Recioto. La polifonía de aromas y sabores de las variedades autóctonas está salvaguardada por el uso exclusivo de grandes barricas de roble francés y eslavo, que durante el largo periodo de envejecimiento proporcionan una cantidad de madera equilibrada para preservar y potenciar las características más preciadas y distintivas de las variedades autóctonas.
