El encanto de los vinos alpinos
Los vinos del Alto Adige representan una de las expresiones más refinadas de la viticultura italiana de montaña. Cultivados entre 200 y 1000 metros de altitud, estos vinos nacen en un territorio de extraordinaria biodiversidad, donde microclimas únicos y suelos variados dan lugar a etiquetas de gran personalidad. La influencia alpina, con fuertes variaciones térmicas entre el día y la noche, confiere a los vinos del Alto Adige frescura, elegancia y un marcado carácter territorial.
Excelencia en los blancos aromáticos
Alto Adige es famoso sobre todo por sus blancos de excepcional calidad. El Gewürztraminer, variedad emblemática de la región, ofrece vinos aromáticos de gran intensidad, mientras que el Pinot Bianco y el Chardonnay expresan aquí una mineralidad y una finura únicas. Completan el panorama excelentes interpretaciones de Sauvignon, Riesling, Müller Thurgau y Sylvaner, que en conjunto representan la extraordinaria vocación del territorio para los vinos blancos frescos, minerales y longevos.
Tintos de montaña y tradición centroeuropea
Aunque menos conocidos, los tintos del Alto Adigio merecen una gran atención. La variedad autóctona Lagrein produce vinos estructurados y complejos, mientras que el Pinot Nero encuentra en estas alturas una de sus mejores expresiones italianas. La Schiava (Vernatsch) ofrece vinos tintos ligeros y fáciles de beber, expresiones perfectas de la cultura enológica local. Este patrimonio vitivinícola único es testimonio de la fusión perfecta entre la tradición centroeuropea y la pasión mediterránea, creando vinos de extraordinaria elegancia y finura.
