DOMAINE LAFAGE

A pesar de su juventud, Jean-Marc Lafage está considerado como uno de los viticultores más experimentados del Rosellón. De hecho, no está lejos de Perpignan, en el corazón de la región, donde su Domaine sigue recibiendo año tras año elogios de todo el mundo, gracias a la extraordinaria expresividad de sus productos. La vida de Jean-Marc se ha dedicado a trabajar entre las hileras de viñas y en la bodega, y empezó a seguir los pasos de su padre desde niño.
Esos fueron los comienzos, cuando lo importante era cultivar buenas uvas y hacer buen vino, como se sigue haciendo hoy en Domaine Lafage. Jean-Marc Lafage gestiona actualmente más de 160 hectáreas de viñedo en el Rosellón, en un terreno rico en guijarros: una extensión importante, subdividida en varias parcelas, que son, sin embargo, tacañas y codiciosas en sus rendimientos por hectárea, porque en el Rosellón cada planta tiene que luchar contra la naturaleza, y cada fruto es un regalo que hay que respetar en todos los sentidos. En Domaine Lafage lo saben, y tanto Jean-Marc como su esposa Eliane trabajan constantemente, día tras día, para obtener los mejores vinos posibles.
Y así empezamos por el Rouge para llegar al Rosé, pasando por el Blanc y los Vins Doux Natureles: son vinos, los etiquetados "Domaine Lafage", todos descritos por una marcada elegancia, fragantes y longevos, siempre distinguidos por una cierta mineralidad, y capaces de contar como pocos las mejores características de la denominación, empezando por sus variedades más típicas.
Embotellados siempre sin filtrar, son vinos producidos por Jean-Marc y su esposa Eliane, que desde hace años reciben constantemente importantes reconocimientos al participar en concursos y certámenes internacionales. En definitiva, son vinos que hay que probar al menos una vez en la vida, porque si no se ha bebido nunca un vino del "Domaine Lafage" no se puede decir que se conozca el Rosellón.