SOTTIMANO

Se podrían decir muchas cosas de Sottimano, pero sólo podemos decir que estamos hablando de una bodega de valor. Una bodega importante por tres razones.
En primer lugar, por los vinos: realmente buenos, sinceros y honestos, como pueden ser los mejores vinos de Langa. (Y los críticos internacionales se han dado cuenta...).
Luego, porque el vino nace del trabajo en la viña: tratamientos prácticamente reducidos a cero, compatibilidad total con el medio ambiente.
Finalmente, porque lo catamos a ciegas con otros cinco productores de Barbaresco: quedó en segundo lugar, después de un monstruo sagrado.

No queremos añadir mucho más que eso, porque lo que nos gusta, en cambio, es dejar que Rino Sottimano hable directamente. Esto es lo que nos cuenta: "mi historia comienza a finales de los años sesenta, cuando al terminar mis estudios de enología comencé la aventura de producir vino; el entusiasmo y también un poco de suerte me llevaron a comprar la masía y algunas parcelas en Cottà. Fueron unos días de viñedo que, con tesón y muchos sacrificios míos y de mi mujer Anna, se convirtieron en las 18 hectáreas en algunas de las zonas más bellas de Barbaresco. Siempre he creído en el trabajo en el viñedo para producir grandes vinos. Y por eso, desde el principio, siempre he tratado de evitar los productos químicos y los herbicidas para no alterar el equilibrio natural de nuestras colinas. En la bodega, intento utilizar la misma filosofía: levaduras naturales, maceraciones largas, crianza de más de un año sobre lías, como se hacía antes. Me apoyan mis hijos Andrea y Elena, que continúan mi trabajo con la misma pasión y dedicación que yo.

No podríamos haber encontrado una descripción mejor que la que se desprende de las palabras de Rino Sottimano, y quizás la única otra alternativa sería dejar que los vinos hablaran por sí mismos. De Barbaresco a Nebbiolo, de Barbera d'Alba a Maté, vinos reales, vinos piamonteses, vinos de Sottimano.