Douro Tinto DOC "Quinta do Noval" 2010 - Quinta do Noval

De color rojo rubí con ribetes carmesí, muy consistente, casi denso; el bouquet, con una intensidad ligeramente volátil que recuerda a un Rubí (carácter poroso, no defectuoso), expresa notas características de sándalo e incienso superpuestas a un fondo de flores rojas secas y ciruela madura, refrescadas por notas de hierbas mediterráneas secas. Suave y cálido, es voluminoso y musculoso en el paladar, como para reiterar que se trata de una mezcla de grandes Puertos, pero sin perder nada de su elegancia y dinamismo al beberlo. Cierra con un largo final de fruta madura y madera de cedro, dejando la boca limpia gracias a la vigorosa acción de los taninos puntiformes, licorosos y ligeramente picantes.

Un vino tinto seco y musculoso, con una tanicidad importante, pide platos sabrosos y suculentos: estofado de jabalí.

El estimado periodista británico Andrew Jefford escribió, hace poco menos de una década, que "pronto el Duero rivalizará con el Priorato y la Ribeira del Duero como una de las zonas ibéricas con mejores vinos tintos, y posiblemente los supere", refiriéndose en particular a vinos del calibre de la DOC "Quinta do Noval". No somos muy partidarios de las comparaciones transnacionales entre regiones vitivinícolas que en algunos aspectos son similares, y que incluso podrían llevarnos a traer a colación los nombres de vinos "consagrados" como Vega Sicilia o Barca Velha, sólo para quedarnos en Portugal, en el Valle del Duero. De momento, la comparación parece forzada y prematura: Quinta do Noval es, en efecto, un vino de gran ambición y una excelente expresión territorial de su denominación, pero (2005 es sólo la segunda añada embotellada) carece de pedigrí -hijo de algunos de los viñedos más vocacionales que compiten por la producción de Vintage, un tinto territorial, emblemático del Valle del Duero, modernamente concebido y, por lo tanto, listo en un tiempo razonablemente corto pero con gran potencial de envejecimiento; Un vino que, en el típico estilo de Noval, combina potencia y finura, cuya bondad ya absoluta sufre el único defecto de verse inmerecidamente ensombrecida por los monumentales Puertos de la casa.