GARESIO

La historia de la familia Garesio parte de tierras lejanas y raíces comunes. Comienza en los viñedos de Salento, donde el negroamaro se prensaba descalzo, y llega hasta las colinas de Mondonio, en el Basso Monferrato Astigiano, donde las hileras de viñas y los bosques jalonan el paisaje y la vida sigue el ritmo de las estaciones. A lo largo de los años, la pasión de la familia Garesio por el vino ha llevado a una búsqueda constante y puntual de los mejores lugares para producirlo. Desde 2010, la familia ha adquirido unas 20 hectáreas de terreno dedicadas a la producción de vino, repartidas entre Serralunga d'Alba, el corazón de las Langhe de Barolo, Monferrato y Alta Langa. Junto con la búsqueda de los viñedos, la familia Garesio se ha propuesto restaurar y mejorar la antigua casa de campo de Serralunga d'Alba. El proceso de remodelación dará lugar a una transformación funcional: de una bodega a un complejo con encanto, un lugar experiencial en el que se puede entender y apreciar la extraordinaria riqueza de las colinas de Barolo, ahora Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. En los viñedos, la Nebbiolo es sin duda la principal variedad de uva, utilizada para la producción del fino Barolo DOCG. El Barbera también desempeña un papel muy importante, en particular para las denominaciones Nizza DOCG y Barbera d'Asti Superiore DOCG. Por último, hay hileras de uvas pinot noir y chardonnay que componen la mezcla elegida para un refinado vino espumoso de método clásico. Garesio trabaja en el viñedo según una filosofía racional y no invasiva: la menor intervención posible, sólo cuando es necesaria, estudiada fila por fila. Todos los viñedos se gestionan según prácticas agrícolas sostenibles, respetando la tierra y las personas que trabajan en ella. Las elecciones enológicas tienen como objetivo la máxima expresión del carácter irreproducible de los distintos crus y terruños, a través de la valorización de las cepas individuales y de las peculiaridades que cada una de ellas es capaz de transferir a los vinos.