VÍTI
El Brennivín, sin duda uno de los licores más conocidos de Islandia, es una bebida espirituosa clara y sin adulterar que se consume en Islandia principalmente durante las fiestas tradicionales y las ocasiones especiales.
Producido por la destilación de puré de patatas o cereales fermentados, el aguardiente se aromatiza con comino y otros productos botánicos. Parecido al vodka y al mismo tiempo no muy alejado del akvavit escandinavo, el Brennivín suele embotellarse con una graduación alcohólica de entre 37,5% y 40%.
Parece que la producción de Brennivín comenzó poco antes de la mitad del siglo XX, en 1935 para ser exactos, el año en que terminó el periodo de prohibición en Islandia. La etiqueta original de la botella era negra, con una calavera blanca, como para advertir del peligro de un consumo excesivo (debido al diseño original de la etiqueta, Brennivín sigue llamándose a veces "svarti dauði", o "muerte negra"). Más tarde, la calavera blanca fue sustituida por un mapa de la costa islandesa.
De todos los Brennivín que se pueden encontrar en Islandia, el etiquetado como "Víti" se considera el auténtico, amado a muerte por los descendientes de los vikingos. Destilada tres veces en un pequeño alambique artesanal, Víti se elabora con cebada islandesa y productos botánicos en su mayoría silvestres, si no exclusivamente de cultivo ecológico, y siempre de origen islandés. Comino y ruibarbo, raíces de angélica y reina de los prados, hojas de abedul y de col, tomillo ártico y liquen islandés se combinan al unísono, casi como por arte de magia, para crear un destilado único y original, que se distingue por su profundo carácter nórdico, galardonado, por si fuera poco, con la Medalla de Oro en 2016 en la San Francisco World Spirits Competition. Un destilado que hay que probar a toda costa.
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