RIVER ANTOINE

Si Granada es comúnmente apodada "la isla de las especias" por su canela, clavo, cúrcuma y sobre todo nuez moscada, podría llamarse fácilmente "la isla del ron" por lo arraigado que está este destilado en su cultura. Aquí tenemos en nuestras manos el producto de una de las destilerías más queridas del mundo: "River Antoine". Escondido en el lado noreste de la isla, en un lugar que es una joya sin igual en el mundo de los licores de caña. Una destilería rodeada de naturaleza, que en el momento álgido de su actividad sólo emite el suspiro del agua y la serenata de los pájaros; donde una caña cultivada orgánicamente se muestra por hectáreas a su alrededor. No hay perturbaciones, sólo el crepitar del fuego que se agita bajo los alambiques, el melodioso parloteo que se escapa de los cañaverales y el tintineo del río y del molino. El río Antoine está allí desde 1785 y, como en aquella época, sigue trabajando la caña de azúcar sólo con la energía extraída del agua del río que impulsa el molino de hierro. Las plantaciones de caña de azúcar ocupan unas 53 hectáreas. Se procesan diferentes tipos de caña, como las variedades negra, roja y de paja. La destilería River Antoine cuenta con dos magníficos alambiques John Dore de más de 2.000 litros de capacidad, que llevan allí desde los años 80; con el tiempo se han reparado con piezas a medida de diferentes productores, dando lugar a híbridos a los que no les falta encanto. Se calientan por calor directo con la temperatura controlada por expertos según la cantidad y la esencia de la madera quemada. Cada gesto, cada mirada es un legado que ha llevado millones de horas de práctica, un gesto que se repite desde hace más de 200 años. La destilería apenas puede satisfacer la demanda local de ron granadino y, por lo general, vende su producción diaria a toda prisa; el ron se embotella a mano, e incluso se etiqueta a mano. Un ron caribeño que es un símbolo de otro tiempo y un rasgo innegable de unión con un pasado nunca olvidado.

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