CHÂTEAU MARQUIS DE TERME
La zona que rodea a la ciudad de Burdeos es una de las más importantes de Francia en cuanto a producción de vino. Aquí es posible encontrar realidades de alto nivel, donde la historia, la pasión y la tradición se entrelazan para crear etiquetas únicas. El árbol genealógico del Château Marquis de Terme tiene raíces muy antiguas, y nos permite remontarnos al pasado hasta 1661: en esa época el propietario, Bernard de Favorelles, decidió venderlo a Pierre des Mesures de Rauzan, quien, consciente de la enorme extensión del Château, lo dividió en tres fincas diferentes, que luego se hicieron muy famosas: Rauzan-Segla, Rauzan-Gassies y Chateau Desmirail. La propiedad pasó entonces a manos de Elizabeth de Ledoulx d'Emplet y de su marido François de Peguilhan de Larboust, marqués de Termes, de quien la finca tomó su nombre actual. En tiempos más recientes, la bodega fue adquirida en 1935 por la familia Seneclauze, que, aún hoy, con Jean, Pierre-Louis y Philippe, sigue firmemente al frente de la estructura con sede en el pequeño pueblo de Margaux. Las 40 hectáreas dedicadas al cultivo de la vid contienen las uvas estrella de la zona: cabernet sauvignon, merlot, cabernet franc y petit verdot, cultivadas en un subsuelo que se caracteriza por una composición mixta de grava, arena y piedra caliza. Las operaciones en el viñedo y en la bodega son observadas por la atenta mirada de Ludovic David, director general que trabaja en el Château Marquis de Terme desde 2009. Cada año se producen unas 130.000 botellas, repartidas entre el Grand Cru Classé -que sin duda se lleva la parte del león- y las otras cuatro etiquetas, "M de Marquis de Terme", "Fleur", "The 9" y "The Couronne". Una producción de nicho que da lugar a vinos con personalidad, para una empresa que, gracias a las inmensas ganas de hacer de la familia Seneclauze, mira al futuro con gran optimismo.
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