BROOKLYN DISTILLING COMPANY
La Brooklyn Distilling Company se fundó en 1895 para producir bebidas espirituosas a partir de la melaza y los residuos de la industria azucarera, pero cerró tras sólo unos años a principios del siglo XX. La empresa permaneció inactiva durante algún tiempo, para reabrir recientemente con la producción de Brooklyn Gin, la primera bebida espirituosa elaborada entre sus paredes en más de 100 años.
Detrás de la ginebra, que se elabora desde 2010, están Emil Jättne y Joe Santos, a quienes les apasiona crear una bebida espirituosa muy artesanal, elaborada solo en pequeñas cantidades. Emil y Joe, que comenzaron su andadura en plena crisis financiera estadounidense, no disponían de los fondos necesarios para construir su propia destilería, por lo que se alegraron de volver a poner en el candelero la Brooklyn Distilling Company. En comparación con otros tipos de ginebra más industriales y "mecánicos", los procesos totalmente manuales llevan una cantidad de tiempo considerable, pero la diferencia en la degustación es realmente tangible. Cada "lote" que se hace da como resultado sólo 300 botellas finales, y el proceso global -que utiliza un alambique de cobre Christian Carl- dura tres días. Comienza con la selección y preparación de los mejores cereales locales e ingredientes naturales, procedentes de todo el mundo, que se procesan a mano para liberar la verdadera esencia y complejidad de las materias primas. Entre los diferentes productos botánicos utilizados están la piel de limón, el enebro y varios cítricos.
El resultado es un producto agradable y elegante, hasta el punto de que Brooklyn Gin también es buena para tomarla sola y en cócteles clásicos como el Negroni y el Martini. La crítica internacional también se ha dado cuenta de las cualidades de esta ginebra, hasta el punto de que la ha premiado con una medalla de oro en el San Francisco World Spirits Competition, el último de una serie de prestigiosos galardones obtenidos en muy poco tiempo.
Detrás de la ginebra, que se elabora desde 2010, están Emil Jättne y Joe Santos, a quienes les apasiona crear una bebida espirituosa muy artesanal, elaborada solo en pequeñas cantidades. Emil y Joe, que comenzaron su andadura en plena crisis financiera estadounidense, no disponían de los fondos necesarios para construir su propia destilería, por lo que se alegraron de volver a poner en el candelero la Brooklyn Distilling Company. En comparación con otros tipos de ginebra más industriales y "mecánicos", los procesos totalmente manuales llevan una cantidad de tiempo considerable, pero la diferencia en la degustación es realmente tangible. Cada "lote" que se hace da como resultado sólo 300 botellas finales, y el proceso global -que utiliza un alambique de cobre Christian Carl- dura tres días. Comienza con la selección y preparación de los mejores cereales locales e ingredientes naturales, procedentes de todo el mundo, que se procesan a mano para liberar la verdadera esencia y complejidad de las materias primas. Entre los diferentes productos botánicos utilizados están la piel de limón, el enebro y varios cítricos.
El resultado es un producto agradable y elegante, hasta el punto de que Brooklyn Gin también es buena para tomarla sola y en cócteles clásicos como el Negroni y el Martini. La crítica internacional también se ha dado cuenta de las cualidades de esta ginebra, hasta el punto de que la ha premiado con una medalla de oro en el San Francisco World Spirits Competition, el último de una serie de prestigiosos galardones obtenidos en muy poco tiempo.
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