ALBINO PIONA
La bodega de Palazzina di Prabiano (Villafranca di Verona) es el corazón geográfico, productivo y artístico de la bodega de Albino Piona. Todo comenzó en 1893 en la localidad de Bellavista, en la colina más alta de Custoza; en aquella época el terrateniente Albino Piona, para vender sus productos en Verona y Mantua, viajaba con un "pasaporte para el interior", que aún hoy conservan sus descendientes.
Hoy la bodega, un perfecto microcosmos, recibe a los visitantes con una hilera de Garganega y otra de Corvina y comprende unas 77 hectáreas, todo ello en el corazón de la denominación de origen Custoza. Aquí las vides, apoyadas por un microclima influenciado por la proximidad del lago y la ventilación constante, prosperan de forma óptima y, además de garganega y corvina, se cultivan rondinella, merlot, trebbiano cortese, riesling italico, pinot bianco y chardonnay.
La búsqueda constante de un alto nivel de calidad se traduce en rendimientos muy bajos, viñas cubiertas de hierba y la instalación de un sistema de riego de emergencia, indispensable para salvar las viñas del estrés hídrico durante los veranos más calurosos. Todo ello contribuye a definir todos aquellos rasgos que realzan la singularidad de estos vinos veroneses. Al fin y al cabo, el vino es el principal narrador de la bodega Albino Piona desde hace cuatro generaciones: habla de la pasión por la viticultura, la búsqueda de la excelencia y el respeto por la historia y la tradición.
En una familia cuya historia está indisolublemente ligada a la enología, la tercera generación de Albino (antiguo presidente del Consorcio de Tutela del Custoza) no podía haber elegido otro lema que: ""La uva es una paleta de colores que el viticultor utiliza según su habilidad""; la misma habilidad que luego transmitieron sus hijos Silvio, Monica, Alessandro y Massimo. Estos últimos llevan adelante la empresa, guiados por los mismos nobles valores sobre los que se fundó y, al comprometerse, cada uno, lo mejor que puede, en las distintas fases de la cosecha, la vinificación, la producción y la comercialización, aseguran un futuro sólido y valioso para la empresa.
Hoy la bodega, un perfecto microcosmos, recibe a los visitantes con una hilera de Garganega y otra de Corvina y comprende unas 77 hectáreas, todo ello en el corazón de la denominación de origen Custoza. Aquí las vides, apoyadas por un microclima influenciado por la proximidad del lago y la ventilación constante, prosperan de forma óptima y, además de garganega y corvina, se cultivan rondinella, merlot, trebbiano cortese, riesling italico, pinot bianco y chardonnay.
La búsqueda constante de un alto nivel de calidad se traduce en rendimientos muy bajos, viñas cubiertas de hierba y la instalación de un sistema de riego de emergencia, indispensable para salvar las viñas del estrés hídrico durante los veranos más calurosos. Todo ello contribuye a definir todos aquellos rasgos que realzan la singularidad de estos vinos veroneses. Al fin y al cabo, el vino es el principal narrador de la bodega Albino Piona desde hace cuatro generaciones: habla de la pasión por la viticultura, la búsqueda de la excelencia y el respeto por la historia y la tradición.
En una familia cuya historia está indisolublemente ligada a la enología, la tercera generación de Albino (antiguo presidente del Consorcio de Tutela del Custoza) no podía haber elegido otro lema que: ""La uva es una paleta de colores que el viticultor utiliza según su habilidad""; la misma habilidad que luego transmitieron sus hijos Silvio, Monica, Alessandro y Massimo. Estos últimos llevan adelante la empresa, guiados por los mismos nobles valores sobre los que se fundó y, al comprometerse, cada uno, lo mejor que puede, en las distintas fases de la cosecha, la vinificación, la producción y la comercialización, aseguran un futuro sólido y valioso para la empresa.
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