Willi Schaefer

La región del Mosela tiene raíces vitivinícolas ancestrales, ya que los romanos cultivaban aquí la vid. A orillas del río Mosela, al pie de una empinada ladera, se encuentra el pequeño y tranquilo pueblo de Graach. En este pedazo de paraíso se encuentra la bodega Willi Schaefer, una de las más históricas de la zona: las huellas de la familia Schaefer se encuentran ya en 1121, en una escritura de donación de un viñedo. Más adelante, otros documentos demuestran que la familia produce vino desde finales del siglo XVI, concretamente en 1590. La finca tiene una superficie de algo más de cuatro hectáreas y está gestionada por Willi y Christoph. Los viñedos de la finca están plantados exclusivamente con Riesling del Rin, una variedad de uva que se adapta perfectamente a los suelos arcillosos de pizarra y pizarrón y al clima más bien frío de esta parte del Mosela. La bodega posee parcelas en viñedos que han hecho historia en el mundo del riesling: sobre todo Graacher Domprobst, Graacher Himmelreich y Wehlener Sonnenhur; las parcelas están separadas y divididas entre sí, lo que hace que el control y el trabajo sean un reto diario. La filosofía de producción busca la armonía con la naturaleza y el entorno, reduciendo al mínimo el uso de cualquier herbicida químico o producto sintético. Durante la vendimia, también cuenta el instinto, y en lugar de atenerse obstinadamente a datos técnicos estériles, los Schaefers se basan en su gusto personal y en su intuición para empezar a seleccionar las uvas. Los vinos que producen son elegantes, transparentes y llenos de personalidad, y siempre han sido aclamados por la crítica, especialmente por Robert Parker. La empresa también es miembro de la reconocida asociación "VDP. Die Prädikatsweingüter", una asociación de 200 productores alemanes (una treintena en la zona del Mosela), que ha elaborado su propia clasificación de viñedos en función de la calidad, destacando así la excelencia territorial de determinados crus.