Martilde

"En primer lugar, somos nosotros dos los que estamos involucrados personalmente en el negocio, y no hemos nacido aquí ni hemos llegado aquí por casualidad, sino que lo hemos elegido como ubicación y como forma de vida. Tal vez, como suele ocurrir en estas situaciones, sin mucha conciencia de lo que hacíamos (la adquirimos con el tiempo), pero ciertamente con determinación y con todos nuestros recursos económicos, físicos y mentales": estas son las palabras de Antonella Tacci y Attilio Lombardi, que mejor que cualquier otro incipit nos invitan, llevándonos de la mano, a descubrir la realidad vitivinícola de "Martilde".
Nos encontramos en la zona del Oltrepò Pavese, cerca del municipio de Rovescala, en la aldea de Santa Croce: aquí se encuentra la finca Martilde, situada a unos 250 metros de altitud sobre el nivel del mar y con una superficie total de 18 hectáreas, enteramente plantadas de vid. Entre las hileras de vides, siguiendo la tradición más adecuada del territorio, las variedades plantadas son en primer lugar las tintas, por lo que encontramos la croatina y la bonarda sobre todo, pero también la barbera y la pinot noir para seguir, con sólo las uvas de malvasía de Candia para mantener en alto la bandera de las variedades blancas. En el viñedo, cada elección agronómica y cada fase de trabajo se lleva a cabo de forma cuidadosa y rigurosa, respetando al máximo el equilibrio del medio ambiente, la naturaleza, el ecosistema y la biodiversidad, con el fin de cosechar racimos sanos, francos y concentrados, ricos en cada pequeño matiz organoléptico. En la bodega, los espacios son funcionales y están bien distribuidos, para llevar a cabo cada paso de la producción con la máxima eficiencia, recordando siempre que la luz que guía sigue siendo la materia prima, procesada añada tras añada sin desvirtuar nunca su esencia, y por el contrario tratando de potenciar todo lo que la temporada y el territorio han sido capaces de plasmar en las uvas.
Los nombres que resultan al final de todo hablan de "Piume", "Dedica", "Il Gigante", "Nina", "Ghiro Rosso d'Inverno", "La strega, la gazza e il pioppo" y "Zaffo": etiquetas que hablan del Oltrepò Pavese más bello en materia de vinos. Botellas para probar una tras otra sin perder ninguna. "