Giotto Bini

"Tres piezas de obsidiana traen buena suerte en los viajes. Y también pueden contar la historia de nuestro viaje. En Pantelleria, hace unos años había un barrio salvaje, barrido por el viento y bañado por el sol, como sólo esta isla puede hacer. Esta es la tierra que elegimos los gourmets visionarios, Geneviève, Gabrio y Giotto Bini -o quizás fue Serragghia quien lo decidió- para un viaje lleno de escollos y tesoros. Pantelleria es una isla a la que todo se le arrebata con dificultad, y quizás por ello es un reto que merece la pena.
Serragghia ha dado su nombre a productos tradicionales, pero transfigurados por nuestro amor a la gran cocina y a la agricultura no forzada. Alcaparras con flor de sal de guérande, orégano perfumado, Zibibbo, vinos rosados Pinot Noir y Fanino, Catarratto y Pignatello. A lo que se añade la colatura di Cetara. Sabores que te dejan en silencio, porque te sorprenden por su pureza. Y porque primero hay que entenderlos con los sentidos": esta es la definición de Azienda Agricola Giotto Bini, que ocupa un lugar destacado en la presentación de la empresa en la página web.
Qué más puedo añadir..., a lo sumo unas palabras sobre los vinos: verdaderos y sin concesiones, etiquetas que no han nacido para agradar a toda costa, pero que fácilmente pueden enamorar. Vinos que Gabrio Bini define como "de un planeta alto", vinos naturales, con olores y sabores que literalmente aturden, hijos de uvas vírgenes y limpias y fruto de una elaboración inocente no recubierta de madera. Vinos que son una experiencia para todos los sentidos.
La realidad es que hay unas ocho hectáreas de viñedos, a 350 metros sobre el nivel del mar, con vides de hasta medio siglo de antigüedad, cultivadas como pequeños árboles en suelo volcánico. La vinificación, con levaduras autóctonas, se realiza en ánforas de terracota enterradas, donde el mosto permanece en contacto con los hollejos durante mucho tiempo. Sin adición de dióxido de azufre, sin clarificación y sin filtración. Todo lo demás es aburrimiento...