Ancilla

La Ghidina y Cadellora, la primera en Lugana di Sirmione y la segunda en Villafranca di Verona, son dos fincas que hoy responden al nombre de "Ancilla", una mujer del pasado que se levantaba todos los días a las tres de la mañana para dirigir sus tierras y viñedos con trabajo, pasión y amor incondicional.
Ahora, Luisella Benedetti, nieta de Ancilla, ha decidido seguir los pasos de su abuela, eligiendo empezar a gestionar el negocio tras dejar un trabajo seguro y estable en finanzas en el año 2000.
Partiendo de cero, Luisella comenzó a trabajar en sus bodegas como si fuera una aprendiz recién llegada, e incluso ahora sigue ensuciándose las manos sin reservas cuando es necesario. Hay diez hectáreas de viñedos, seis de las cuales están plantadas con Turbiana para la producción de Lugana, y las cuatro restantes con Chardonnay y Pinot Noir, cuyas uvas se utilizan para el vino espumoso. El resultado es una gama de vinos variada e intrigante, sencilla en su concreción y pura en su esencia más profunda.
Todo comienza con el trabajo entre las filas, donde existe el máximo respeto por el medio ambiente, la naturaleza, el ecosistema y la biodiversidad, de modo que cada planta se cría para cosechar uvas sanas y directas, ricas y concentradas en cada pequeño matiz organoléptico.
En la bodega, la filosofía seguida no se aleja de la aplicada en el viñedo, y cada paso de la producción se enmarca en el signo de los más altos niveles de calidad posibles.
Del Lugana "Ella" al "No SO2", del Chardonnay "Eeffe" al "Effe Zero", hasta el método Spumanti Charmat, sin olvidar el último llegado, el "Rose Blanche": los vinos etiquetados como "Ancilla" nacen día a día de elecciones valientes y emprendedoras, pero sobre todo dan grandes satisfacciones, tanto a quienes los producen como a quienes tienen la suerte de degustarlos.