Swartland Pinotage “Brink Family” 2013 - Pulpit Rock

16,50 €

Agotado

Cosecha: 2013
Denominación: Swartland
Variedad de vid: pinotage 100%
Alcohol: 14.5%
Formato: 0.75l
Consumo ideal: 2016/2020
Temperatura de servicio: 18/20 °C
Momento para degustarlo: Cena entre amigos
Juicio de Tannico: 85pt
Tipo: Tinto
Combinaciones: Entradas de la tierra, Quesos curados, Segundos platos de la tierra

Notas de cata

De color rojo rubí intenso, consistente; fino y bastante complejo, la nariz revela un fondo afrutado maduro de ciruelas y cerezas en confitura elegantemente empaquetado con tostados, aromas de vainilla y pimienta negra, un toque de humo. Suave y cálido, en boca es inmediatamente amplio y luego expresa un final de buena persistencia y mejor perfilado en virtud de un tanino dulce y afinado pero incisivo.

Combinaciones

Un vino robusto que sobre todo en el final expresa una aromaticidad característica y contenida, pruébelo con conejo asado (deshuesado) con manteca de cerdo en el horno. O con platos indios de cordero que no sean demasiado picantes.

Swartland Pinotage “Brink Family” 2013 - Pulpit Rock: POR QUÉ NOS GUSTA

Variedad de uva asociada automáticamente a Sudáfrica, la pinotage es un cruce entre pinot noir y cinsault realizado en 1924 por el profesor Abraham Perold de la Universidad de Stellenbosch. En el punto álgido de su popularidad, en la década de 1970, experimentó un drástico declive hasta su redescubrimiento en los años 90, cuando finalmente se convirtió en el "vino insignia" de Sudáfrica en el extranjero, no sin un creciente aprecio y un número cada vez mayor de varietales (mezclados con una o más variedades de uva o como monovarietal). Fermentado únicamente en acero inoxidable y sometido a frecuentes remontados y bazuqueos para optimizar la extracción de color y taninos, una vez finalizada la fermentación maloláctica el Swartland Pinotage "Brink Family" de Pulpit Rock es envejecido durante 14 meses en barricas de roble, en parte francés y en parte americano. En la clásica factura ligeramente ahumada por el aporte del roble americano, el tinto sudafricano por excelencia -del que todo el mundo habla pero muchos menos prueban-.