Immich-Batterieberg

Los orígenes del Weingutt Immich-Batterieberg se remontan al año 911 d.C., cuando los documentos históricos atestiguan su fundación por un monasterio carolingio. En 1495, la familia Immich compró la propiedad y comenzó a producir vinos con su nombre durante más de 500 años. Tras un desafortunado interludio modernista (1989/2007) que dio lugar a vinos afrutados de sabor medio, en 2009 la bodega fue redimida por Gernott Kollmann (un pasado en Dr. Loosen, Weingut Van Volxem y Knebel) y dos inversores de Hamburgo.
La música cambia inmediatamente: fermentación, espontánea, levaduras indígenas, barricas viejas (10/12 años) utilizadas sólo en función de las condiciones del año transcurrido en el viñedo. El resultado son unos vinos muy personales, de gran mineralidad y bebibilidad, hijos de un terruño único, difícil y fascinante. Quien sube con los ojos abiertos por el crucigrama de piedra de las laderas de pizarra de Enkirch, donde se encuentra la bodega, se impregna de un sentimiento de gratitud: ¡estamos hablando de unos cuantos kilómetros formados por millones de piedras de roca y cuarcita, grandes y pequeñas, que crean una vista increíble!
Immich-Batterieberg trabaja cuatro viñedos en laderas extremadamente empinadas, todos ellos incluidos en el rango más alto de la clasificación prusiana de viñedos de 1868 (elaborada sobre la base de la clasificación de viñedos de Napoleón de 1804). Ellergrub, Zweppwigert y Batterieberg (en monopolio) se encuentran en una formación de pizarra rica en cuarcita, la llamada "ladera de Starkenburg", entre Trarbach y Enkirch. Steffensberg, una ladera al sur detrás del pueblo de Enkirch, es más rica en hierro. El Riesling Kabinett c.a.i., el Riesling Trocken Enkircher Batterieberg G.G. y el Riesling Ellergrub hablan de una gran región, pero también de historia y pasión. Sin duda, son las etiquetas clásicas que no pueden faltar en la bodega de cualquier amante de los grandes vinos blancos.