Castello dei Rampolla

Cuando se habla de vino italiano en el mundo, la Toscana es sin duda una de las primeras regiones que vienen a la mente. Caracterizada por una historia vitivinícola muy antigua, que se remonta a la presencia de los etruscos en estas zonas, se distingue por diferentes paisajes y zonas de producción: en particular, una zona especialmente idónea es la situada al sur del municipio de Panzano in Chianti, denominada "Conca d'Oro". Es aquí, en un valle con orientación sureste y suroeste, más concretamente en Santa Lucía en Faulle, donde se encuentra la bodega Castello dei Rampolla. Los terrenos en los que se asienta la bodega son propiedad de la familia Rampolla desde 1739, pero no fue hasta mediados de la década de 1960, gracias a Alceo di Napoli Rampolla, cuando el sueño de la viticultura cobró vida. Alceo, un hombre decidido y de gran espíritu, heredó la finca de su padre y, junto con su esposa Livia Borgia, plantó las primeras viñas en 1968, que dieron lugar a la primera botella de Chianti Classico con la cosecha de 1975. Era un momento histórico en el que este tipo de vino luchaba por establecerse, y entonces Alceo, gracias a su propia intuición y a la ayuda del gran enólogo Giacomo Tachis, decidió plantar cabernet sauvignon, una variedad de uva que empezó a dar grandes satisfacciones a la empresa. A partir de entonces, paso a paso, el Castello di Rampolla inició su propio camino de éxito, hecho también de elecciones pioneras, como la de adherirse a los protocolos biodinámicos a partir de 1994 y comenzar a utilizar ánforas de terracota para la crianza en 2008. Hoy en día producen unas 70.000 botellas repartidas en seis etiquetas, entre las que destacan, además de un excelente Chianti Classico DOCG, el "Sammarco" y el "D'Alceo", IGT donde domina la personalidad y la estructura del cabernet sauvignon.