Vistorta

Los Brandolin siempre han sido personas abiertas y queridas, precisamente por su predisposición natural a considerar como parte de la familia a las personas que ocupan las más diversas funciones en la empresa. Los suelos arcillosos y los veranos cálidos y ventosos son las constantes que producen tintos de gran valor: se confirman las afinidades que Brandino había encontrado en Burdeos y Medoc. En la década de 1980 se inició el cuidado y la protección meticulosos de las viñas centenarias de Merlot de Vistorta y la creación de nuevos viñedos de gestión ecológica, que hoy producen un fruto refinado con características únicas. Las parcelas se cosechan y vinifican por separado, y las mejores uvas, con sus aromas y sabores distintivos, producen un vino equilibrado y de fuerte carácter. Originalmente, la bodega se encontraba en la espléndida barchessa (dependencia) adyacente a la Villa, donde aún se conservan los barriles y las herramientas de un antiguo y glorioso pasado. Desde los años 80, la bodega se encuentra en la hermosa barchessa del siglo XVIII de Cordignano: con la ayuda de un equipo de vinificación sencillo y esencial, se potencia lo que la naturaleza ha creado hábilmente en el viñedo. El resultado es un vino elegante, agradable y longevo. En 1965, el conde Brando confió al arquitecto paisajista del momento, el inglés Russell Page, la reorganización y ampliación del parque: los árboles centenarios están flanqueados por especies raras. En tres años lo transformó en lo que ahora puede definirse como un parque elegante pero sobrio, romántico pero sin afectación, con sus estanques y la centralidad redescubierta de la villa. La actual granja Vistorta cultiva 220 hectáreas alrededor de la villa. Licenciado en agricultura por la Texas A & M University, tras su primera experiencia vinícola en el otro negocio familiar de Chateau Greysac en Burdeos, Brandino planeó una remodelación de Vistorta siguiendo el modelo francés: centrar toda la atención en un gran vino tinto.