Scopone

Detrás de la Granja Scopone hay una pequeña gran historia. El escenario es el de las tierras de Montalcino, donde se encuentra el antiguo caserío del siglo XIX, antaño residencia de varias familias de campesinos, que juntos trabajaban en los campos de la propiedad. Luego llegó la guerra, y durante la Segunda Guerra Mundial el mismo caserío se convirtió en refugio de desplazados, por lo que aún hoy los ancianos del pueblo recuerdan con respeto ese lugar, que los acogió en tiempos difíciles. Después de la guerra, se sucedieron varios propietarios, hasta que en 1992 la finca fue adquirida por la familia Genazzani. Desde entonces, la historia ha continuado bajo el signo de la producción de vino, y 1997 marca el año de la primera cosecha de los antiguos viñedos restaurados. Luego se plantaron otros viñedos nuevos, también por consejo del gran enólogo Giacomo Tachis, amigo y consejero de confianza de la familia Genazzani. Hoy en día hay un total de 14 hectáreas de viñedo, y la empresa puede contar con una moderna bodega semi-subterránea, flanqueada por zonas igualmente modernas aptas para la crianza. A una altitud de casi quinientos metros sobre el nivel del mar, a lo largo de suaves pendientes y en un suelo especialmente apto para la viticultura, se cultivan y cosechan uvas de excelente calidad. En primer lugar, el Sangiovese grosso -conocido localmente como "brunello"-, pero también el Cabernet Sauvignon, el Cabernet Franc, el Merlot y el Petit Verdot: estas uvas finas y sin adulterar se procesan e interpretan en la bodega para resaltar sus características típicas y distintivas. Así nacieron el Rosso di Montalcino, el Brunello y el Brunello "L'Olivare", luego el IGT "Il Bagatto" y el Sant'Antimo "Il Gregoriano", para terminar con la Grappa di Brunello: vinos -o destilados- que cuando se remontan al nombre de la finca Scopone, están animados por ese profundo amor por sus viñedos y esa profunda pasión por su trabajo, capaces juntos de dar voz a la Toscana más verdadera e íntegra de Ilcino.