La Guardiense

Fue en el corazón de la región de Sannio, en la provincia de Benevento para ser exactos, donde se fundó en 1960 La Guardiense, una de las mejores cooperativas de la región de Campania. Una bodega que, si al principio podía presumir de poco más de treinta socios, hoy puede contar con unos mil, lo que atestigua el extraordinario valor social de este proyecto que con el tiempo se ha enriquecido de profesionalidad y ambición.
Pequeños agricultores que cultivan más de 1.500 hectáreas de viñedos en régimen de gestión directa, todos ellos situados en las colinas, a una altitud media de 350 metros sobre el nivel del mar, en una zona que actúa como cuenca natural entre Taburno y Molise. Aquí, en una zona especialmente apta para la viticultura, encuentran su hogar todas las variedades más típicas del Sannio y de Campania: falanghina, greco, fiano, coda di volpe entre las uvas blancas, y luego aglianico y piedirosso entre las tintas. Variedades de uva que siempre han pertenecido a estos lugares, y que gracias a la contribución fundamental de uno de los enólogos más célebres de Italia -Riccardo Cotarella- producen vinos de extraordinaria inmediatez, dinamismo y expresión.
La producción anual alcanza una media de 200 mil quintales de uva, y las botellas que, siempre anualmente, salen de la bodega de Guardia Sanframondi son unos tres millones y 800 mil. A pesar de ello, las cifras no son las que dan crédito a la que es una de las realidades vitivinícolas más importantes, no sólo de Campania, sino de Italia.
Puntualmente recompensada con los más importantes reconocimientos emitidos por la crítica del sector, La Guardiense, de hecho, guiada por sólo tres presidentes en más de cincuenta años de historia, ha sabido siempre adaptarse a los tiempos y a la evolución de los mercados, convirtiéndose así en un símbolo del progreso tecnológico de toda la provincia de Benevento, y logrando conjugar experiencia y modernidad como pocas realidades vitivinícolas han podido hacerlo.