I Buongiorno

Teodosio Buongiorno comenzó su exitosa carrera en el mundo del vino siendo un niño, en la famosa osteria que regentaba su familia. Aquí, entre mesas, orecchiette (pequeñas espigas de pasta) y cocinas, Teodosio heredó de su padre la pasión y el conocimiento por las etiquetas de su tierra -Apulia- y de Italia en general: una pasión que se convirtió en una razón para vivir, llevando a Teodosio a convertirse en un sumiller con un paladar refinado y un talento innato; no tardó en que su asesoramiento fuera cada vez más apreciado y solicitado, incluso por asociaciones reconocidas en todo el país y por instituciones académicas.
Así, año tras año, Teodosio construyó su brillante carrera, que le dio la oportunidad de visitar las mejores bodegas no sólo de nuestro país, sino también de Francia, California, Eslovenia, etc.: rincones del mundo en los que Teodosio perfeccionó sus habilidades, tratando de obtener los secretos de cada terruño de enólogos, agrónomos, bodegueros y agricultores.
Aprovechando estas experiencias, en 2009 decidió fundar la bodega I Buongiorno en Carovigno, en la provincia de Brindisi, embotellando la primera añada en 2010. En los viñedos cultivan Primitivo, Negroamaro, Fiano y Aleatico, en un proceso que es el resultado de una investigación continua, seleccionando las mejores uvas para el mejor viñedo, dedicando una atención extrema primero a la poda y al aclareo de los racimos, y después a la vinificación y el envejecimiento de cada vino.
Hoy producen seis etiquetas, fuertemente expresivas del territorio, donde lo que más llama la atención es el nivel de calidad alcanzado, ya notable -sobre todo en el "Nicolaus" y el "Celestiaco"- a pesar de los escasos años de historia que tienen a sus espaldas. Otro elemento muy interesante, que llama la atención en el estante y que muestra cómo Teodosio siempre presta atención a todos los detalles, es el grafismo de las etiquetas, muy atractivo gracias a la inclusión de imágenes de figuras humanas en blanco y negro.