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Draga

La bodega Draga toma su nombre de la zona donde se encuentran sus viñedos, en la colina de San Floriano del Collio, en la provincia de Gorizia. Aquí se cultiva la vid desde el año 1100; protegida de las frías corrientes de los Alpes al norte y arrullada por la brisa marina del Adriático al sur, la zona es ideal para la viticultura. Fundada a principios del siglo XX por Ivan Miklus, que compró aquí unos terrenos para cultivar vides y comenzó, en el pequeño cobertizo de la casa, la producción de vinos en barriles de cemento, primero a granel y luego también embotellados, hoy la bodega Draga está dirigida por Mitja Miklus y sus incansables padres Anna y Milan, guiados por la misma pasión y determinación que sus antepasados. La propiedad se extiende alrededor de la bodega y está dividida en dos parcelas diferentes: Draga y Breg, ambas a más de 200 metros sobre el nivel del mar. Galardonada con el premio Eco-friendly a lo largo de los años, la bodega apuesta por una producción de bajo impacto ambiental, con la convicción de que si se respeta la naturaleza y la tierra, éstas nunca te traicionarán: los viñedos, por tanto, están totalmente cubiertos de hierba, no se utilizan pesticidas, se genera energía verde mediante dos sistemas fotovoltaicos y se recupera el agua de lluvia para uso agronómico y para la limpieza de la maquinaria agrícola. La bodega Draga elabora principalmente vinos blancos, cuyo valor es universalmente reconocido, como el Ribolla Gialla 2009, que Bibenda premió con 5 racimos, o el Malvasía 2011, premiado por Decanter, pero desde 2012 también crea espumosos del Método Clásico; El pas dosè, por ejemplo, es de una calidad indiscutible, está elaborado con Riesling del Rin y Chardonnay, tiene un perlaje fino y persistente y, mientras que en el paladar destaca por su suavidad y gran cremosidad, en la nariz cautivan las fuertes notas de cítricos frescos, sobre todo de pomelo, a las que se unen luego notas de vainilla, corteza de pan y pedernal.