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Domaine des Comtes Lafon

El Domaine Des Comtes Lafon está indisolublemente ligado a la historia de Borgoña, especialmente desde que su fundador, Jules Lafon, creó la Paulée de Meursault en 1923, uno de los acontecimientos más importantes para los vinicultores de Borgoña.
A lo largo de los años, las explotaciones vitícolas del Domaine se ampliaron en varias ocasiones; cuando Dominique Lafon se hizo cargo finalmente a finales de los años 80, la finca contaba con unas 14 hectáreas.
Desde finales de los años noventa, Dominique practica la biodinámica y todas aquellas técnicas de cultivo que respetan el equilibrio de la vida del suelo, para tener viñas en buen estado de salud, uvas más concentradas y, sobre todo, una mejor expresión del terruño; de hecho, desde el principio Dominique ha estado convencido de que la producción de "vins de terroir" pasa inevitablemente por un trabajo riguroso en el viñedo y que la llegada de las técnicas agrícolas modernas ha contribuido a perder de vista el camino más correcto a seguir.
Los viñedos de la finca están situados en Meursault, Puligny, Montrachet, Volnay y Monthélie; los tres primeros están ocupados por chardonnay, mientras que los dos últimos por pinot noir; la edad media de las vides es de unos 40 años, y su densidad, tal como exigen las denominaciones, es muy alta. La cuidadosa gestión del director del Domaine, Stéphane Thibodaux, pero sobre todo la extraordinaria visión de Dominique Lafon, hacen de esta finca uno de los más grandes intérpretes del Meursault, con vinos muy finos y elegantes, persistentes y longevos, en los que incluso las más pequeñas diferencias de terruño son inmediatamente perceptibles, primero en la nariz y luego en el paladar.
Entre los vinos del Domaine, merece una mención especial el Montrachet Grand Cru, elaborado con uvas chardonnay cultivadas en suelo calcáreo y vendimiadas a mano, que envejece en madera y es una auténtica obra maestra. Agradablemente complejo, se expresa con toques de fruta madura y notas claras de miel; denso, con una acidez sinuosa, maduro y tentadoramente sabroso, es una fiesta para la nariz y el paladar.