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Castello di Monsanto

La atracción por la patria era fuerte.
Después de abandonar San Gimignano antes de la Segunda Guerra Mundial, Aldo Bianchi, al regresar a la Toscana para una boda en 1960, se enamoró del Castello di Monsanto, hasta el punto de comprarlo en pocos meses. Si a esto le añadimos la pasión por el vino del hijo de Aldo, Fabrizio Bianchi, el cuadro se completa. De hecho, fue este último, impulsado por su espíritu emprendedor, quien plantó nuevos viñedos y puso en marcha, junto con su esposa Giuliana, el negocio del vino en torno al Castello di Monsanto. Desde 1962, año de la primera vendimia, hasta hoy, se ha experimentado mucho en el viñedo y en la bodega, todo ello encaminado a conseguir la máxima calidad y perfección en cada uno de los detalles. Este es el ADN de una empresa cuyos vinos ganan regularmente importantes premios, gracias, sobre todo, a la pasión y las emociones que las personas implicadas en la producción consiguen poner en circulación. Estamos en la provincia de Florencia, cerca de Barberino d'Elsa: aquí se reúnen las 72 hectáreas de viñedos que posee la bodega, dominadas por la variedad Sangiovese, la cepa en la que la bodega ha creído profundamente desde sus inicios. También está presente un pequeño porcentaje de las dos variedades de uva históricas de la mezcla del Chianti Classico: la Canaiolo y la Colorino, así como otras dos variedades no autóctonas: en el viñedo de Valdigallo está la Chardonnay utilizada para producir el vino "Fabrizio Bianchi", y en el viñedo de Il Mulino está la Cabernet Sauvignon. En los años setenta, la bodega comenzó a renovar el sótano, creando un sistema de control de la temperatura y cambiando las barricas por madera de Eslavonia. En los años ochenta, la bodega está lista y se comienza a construir a mano trescientos metros de túnel subterráneo para el almacenamiento de barriles de madera, utilizando únicamente piedras de marga con la técnica medieval de las bodegas de madera para formar un arco etrusco muy largo e impresionante. En 1981 la nueva bodega estaba lista y unos meses después se realizó la primera cosecha de "Nemo": un Cabernet Sauvignon puro procedente del viñedo Il Mulino. A finales de los años 80, la hija de Fabrizio, Laura, tomó el relevo.
Hoy, la Cantina Castello Monsanto es sinónimo de calidad y éxito, de innovación y de respeto a la tradición.