Saronsberg

A pesar de la modernidad de las instalaciones y del enfoque progresista de la elaboración del vino, Saronsberg permanece siempre inextricablemente ligado a la historia de la tierra y del valle al que pertenece, estrechamente vinculado a aquellas tierras de Sudáfrica que, más que otras, ofrecen una importante tradición vinícola, llegando a ofrecer añada tras añada las botellas que mejor simbolizan lo mejor de la viticultura nacional.
Enclavada en un paisaje que atrajo a los primeros pobladores hace más de trescientos años, la bodega Saronsberg pertenece a una zona con gran potencial, gracias al cual es capaz de producir vinos de excelente calidad.
Con el máximo respeto por el equilibrio del medio ambiente, la naturaleza, la biodiversidad y el ecosistema, cada elección agronómica en el viñedo se realiza cuidadosamente con el objetivo de obtener uvas puras y sanas, concentradas y ricas en todos los matices organolépticos.
Tras la vendimia, que suele realizarse a primera hora de la mañana, los racimos se enfrían a una temperatura de 4° C para preservar los aromas y sabores varietales. A continuación, la fruta se clasifica haciéndola pasar por tres mesas de clasificación vibratorias, donde se comprueba cada una de las bayas. Tras el prensado, por la fuerza de la gravedad, las uvas llegan a los depósitos de fermentación, equipados con un sistema de control de la temperatura.
Tras la fermentación, el vino se deja en contacto con los hollejos durante más o menos tiempo, para pasar finalmente a la fase de envejecimiento, que se realiza en barricas de roble francés o americano.
Divididos en un porcentaje de 70% de tintos y 30% de blancos, son botellas que hay que descubrir una a una. De "Full Circle" a Syrah, de Grenache a Mourvedre, de "Seismic Roi" a "Provenance", Viognier y Sauvignon Blanc, sin olvidar el Syrah Rosé, el vino espumoso "Methode Cap Classique" y "Earth in Motion": todas estas son etiquetas que remiten al nombre de Saronsberg, capaz de resumir lo mejor de Sudáfrica en materia de vinos.