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Roberto Cipresso

Roberto Cipresso, originario de Bassano del Grappa, comenzó su carrera como enólogo en 1987 en Montalcino, donde se estableció y trabajó para algunos de los productores más famosos, como Case Basse, Poggio Antico, Ciacci Piccolomini d'Aragona. Tras los primeros éxitos personales, su actividad se extendió a otras zonas de la Toscana y a bodegas situadas en las regiones italianas más importantes. En 1999 fundó Winemaking, su grupo de asesoramiento agronómico y enológico. Su carrera profesional también ha visto y ve colaboraciones con algunas empresas extranjeras. Es el creador y líder del proyecto Winecircus, una bodega-laboratorio que, gracias a la posibilidad de utilizar viñedos especiales y a un sitio totalmente nuevo a las puertas de Montalcino, se dedica a realizar actividades de investigación orientadas a los distintos aspectos de la vitivinicultura, en colaboración con las universidades de Padua, Turín, Venecia, Pisa, Florencia, Udine y Palermo.
En 2013, Roberto comenzó una nueva aventura, con la producción de su primer Brunello di Montalcino. Todo comenzó cuando, hace más de veinte años, Roberto Cipresso decidió comprar y restaurar las ruinas de una antigua granja en uno de los lugares más bellos de la campiña de Montalcino, entre Castelnuovo dell'Abate y Sant'Angelo in Colle, con una encantadora vista del Monte Amiata. La casa de Poggio al Sole, convertida en un magnífico complejo turístico dedicado a acoger a los aficionados a la vid y al vino de todo el mundo, está flanqueada por el viñedo -una joya de apenas una hectárea- que produce las uvas destinadas al Brunello di Montalcino; el Rosso, por su parte, se obtiene del fruto de otra parcela, también de menos de una hectárea y de aspecto extremadamente evocador, situada cerca de la Abadía de Sant'Antimo. Las primeras añadas producidas son respectivamente 2013 para el Brunello y 2016 para el Rosso, y sus etiquetas, con su marco florido asociado a las figuras del cuadrado y el círculo, recuerdan idealmente una aventura del pasado -una empresa fundada en Montalcino por Roberto con algunos socios en 1992- así como algunos símbolos caros a la historia de la línea de vinos experimentales de Roberto, aunque en un marco más elegante y autoritario.
Los viñedos se plantaron en dos terruños que difieren entre sí en cuanto a la composición del suelo, la ubicación, la exposición y los requisitos climáticos. Ambas tienen una producción unitaria muy baja, sólo una botella por planta, y un manejo agronómico cuidadoso y preciso. Aunque esta última no se refiere a métodos orgánicos ni biodinámicos, se inspira en el máximo respeto al equilibrio natural del agroecosistema y en la consecución de la mayor sostenibilidad posible, un parámetro que, a diferencia de otros, es fácilmente medible gracias a los programas específicos que utiliza la empresa. Las distintas operaciones enológicas se llevan a cabo en la bodega/laboratorio de Roberto Cipresso, en las afueras de Montalcino, donde la disponibilidad de un amplio espacio de trabajo y de equipos de última generación se combina con la atención al detalle y el cuidado típicos del trabajo artesanal. Las prácticas de bodega, al igual que las operaciones agronómicas, son extremadamente flexibles en función de la variabilidad de los diferentes años climáticos y del estado de las uvas cosechadas cada año, con el objetivo de obtener vinos que sean el reflejo más fiel posible de su terruño, de la personalidad de su autor y del encantador paisaje al que pertenecen.