Michele Calò

La granja de la familia Calò se encuentra en Salento, una tierra rica en historia, cultura y tradiciones. El Salento ha sido siempre una tierra de intercambios, de contactos entre el este y el oeste, el norte y el sur; fue aquí donde cobró vida la gran temporada arquitectónica del Barroco, que, a través de los numerosos palacios aristocráticos, portales decorados y fachadas de iglesias, expresa el encuentro de diferentes culturas. De esta tierra, cuyo orgullo se remonta a su historia, nacen los vinos únicos de la familia Calò, con una fuerte personalidad y en armonía con el territorio. De hecho, gracias a una viticultura dedicada a la valorización de los productos de su tierra, Michele Calò se ha distinguido siempre como uno de los primeros productores de vinos de calidad del Salento y hoy, años y años después de la fundación de la empresa, son sus vinos los que emigran a los grandes mercados dignos de recibirlos, desde Tuglie, en la provincia de Lecce, a toda Italia, hasta el resto del mundo; esto se debe también a Fernando y Giovanni Calò que, con la misma pasión que su padre, siguen actualmente, con dedicación, las diversas actividades de la finca. En la finca de Calò, las variedades históricas como la Negroamaro, la Malvasia Nera, la Primitivo y la Verdeca han sido siempre la base de la producción: variedades con una fuerte personalidad, para vinos importantes y elegantes, capaces de despertar emociones intensas. Los viñedos de la empresa, situados en las zonas más favorables de los municipios de Tuglie, Alezio, Parabita y Sannicola, se asientan en suelos con características diferentes, que confieren a los vinos matices increíblemente variados y dan lugar a uvas finas, luego seleccionadas con gran cuidado. En la familia Calò hay claramente una inmensa pasión dedicada a una profesión, la del viticultor, tan antigua y a la vez tan moderna; una profesión que debe saber unir las mejores tradiciones con los nuevos conocimientos y ser capaz de combinar diferentes variedades, calibrándolas sabiamente, para obtener un producto perfecto en cuanto a sabor, color y perfume.