Ferrandes

En medio del Canal de Sicilia, no muy lejos de la costa de Túnez, se encuentra una verdadera joya del Mediterráneo: Pantelleria. La mayor de las islas que gravitan en torno a Sicilia, con sus suelos volcánicos, es conocida en todo el mundo del vino por la producción de un vino único e inimitable, el Passito di Pantelleria, que con su cultivo típico de matorral, incluido por la UNESCO en 2014 en la lista de los "patrimonios orales e inmateriales de la humanidad", encarna perfectamente el espíritu y los sabores de la isla. En este minúsculo rincón del paraíso, más concretamente en la zona de Mueggen, dentro de una antigua presa que data de 1600, se encuentra la granja Ferrandes. Una pequeña empresa familiar, dirigida por Salvatore Ferrandes, conocido como "Salvatureddu", y su esposa Dominica, que produce cada año unas 5.000 botellas de uno de los vinos de postre más populares no sólo en Sicilia sino en toda Italia. La familia Ferrandes tiene sus orígenes en España, pero está presente en la isla desde hace seiscientos años, aunque la aventura de Salvatore de crear su propia bodega no empezó hasta los años 80. Una superficie de sólo 2,7 hectáreas en la que se cultiva únicamente zibibbo, según el método tradicional del alberello: éste es el contexto en el que trabaja Salvatore, que sigue personalmente cada etapa del proceso a diario, llegando incluso a dormir en la bodega durante las fases más importantes que conducen a la creación de su legendario néctar. La empresa trabaja según prácticas naturales, como demuestra la certificación obtenida del Consorcio Vini Veri, lo que da como resultado un Passito di Pantelleria realmente fiel a su terruño de origen. Un vino para saborear, perfecto con los postres típicos sicilianos, pero no sólo, y que en los últimos años se ha impuesto a los ojos de los más importantes críticos internacionales.