Vigna Petrussa

Han pasado casi veinte años - 1995 para ser exactos - desde que Hilde Petrussa y su marido decidieron dedicar toda su vida a desarrollar la zona de Prepotto, en la provincia de Udine, centrándose en los vinos más tradicionales de la zona, como el Schioppettino y el Refosco.
Este fue el inicio de un viaje que poco a poco fue sacando a la luz una realidad encantadora, un auténtico jardín de algo menos de siete hectáreas, cuidado hasta el más mínimo detalle. De la decisión natural de elaborar vino exclusivamente a partir de sus propias uvas, utilizando únicamente técnicas respetuosas con la cultura local, se llegó a una gestión rigurosa del viñedo y la bodega, donde nada se deja al azar. El resultado es un vino de marcada elegancia, uno de los mejores embajadores de los Colli Orientali del Friuli que se pueden encontrar actualmente.
El paisaje es el de las colinas que rodean el valle del Judrio, un torrente que nace en la frontera entre Italia y Eslovenia y luego desemboca en el Isonzo. Aquí, en suelos ricos en margas oceánicas, crecen plantas favorecidas por un microclima único, resguardado de los vientos y caracterizado por una excelente exposición. Con algunas plantas de más de cuarenta años, las gestionadas por Hilde Petrussa y su marido son algunas de las mejores viñas de todo el municipio de Prepotto.
Entre las hileras de vides hay una gran atención, casi maníaca a veces, y la filosofía es que generalmente se realizan vendimias tardías, para cosechar uvas ricas y concentradas que se traducen en vinos cremosos y suaves. En la bodega, bajo la dirección enológica de Emilio Del Medico, todas las operaciones se realizan con el máximo cuidado, desde la vinificación hasta la crianza, pasando por el embotellado y el afinado.
Así nacen los vinos de Vigna Petrussa, divididos en cuatro líneas de etiquetas distintas para una producción media anual de 30 mil botellas. Estos vinos son satisfactorios y sumamente agradables, fruto de un profundo amor por su tierra y sus viñedos.