Envío gratis para pedidos superiores a 149€
Envío gratis para pedidos superiores a 149€
Envío gratis para pedidos superiores a 149€
Envío gratis para pedidos superiores a 149€
Untitled-1

Torre dei Beati

En la contrada Poggioragone, en Loreto Aprutino, en la provincia de Pescara, en la iglesia local de Santa María in Piano, se puede admirar un gran fresco que data de la época del Renacimiento y que representa el Juicio Final, en el que la "torre de los bienaventurados" simboliza la meta que las almas, en cuanto pasan al más allá, tienden a alcanzar para obtener la salvación.
Esta representación da nombre a la bodega Torre dei Beati, que, reflejando el mensaje que transmite el fresco, persigue temporada tras temporada el objetivo de expresar el máximo nivel de calidad en sus vinos, a partir de las variedades de uva locales.
Fundada a finales del siglo pasado -concretamente en 1999-, la bodega ha sido siempre una empresa familiar, y desde el principio ha seguido el camino de la agricultura ecológica, con el máximo respeto a la naturaleza, el medio ambiente y el ecosistema, y basándose en la convicción de que los vinos excelentes nacen ante todo en el viñedo.
Con una extensión de viñedos de unas veintiuna hectáreas, la empresa cultiva sus vides no lejos de la costa adriática, a una altitud de entre 250 y 300 metros sobre el nivel del mar. En un microclima caracterizado por la alternancia de brisas marinas diurnas y noches frías, y sobre suelos compuestos principalmente por arcilla y piedra caliza, las hileras de vides acogen las variedades pecorino, trebbiano y montepulciano. Tras una cuidadosa selección en el viñedo, los racimos llegan a la bodega para someterse a una nueva fase de selección, tras la cual se procesan con las tecnologías enológicas más avanzadas, aplicadas siempre respetando las tradiciones más arraigadas del territorio y, sobre todo, sin desvirtuar nunca lo que la estación ha expresado en las uvas.
A lo largo de los años, la empresa "Torre dei Beati" ha crecido y ampliado la gama de productos ofrecidos, llegando a proponer vinos en los que cualquier intervención artificial se reduce al mínimo. Del Pecorino "Giocheremo con i Fiori" al "Bianchi Grilli", del Montepulciano d'Abruzzo "Mazzamurello" al "Cocciapazza", pasando por el Cerasuolo y el Trebbiano, vinos simplemente extraordinarios.