San Filippo

El terruño de Montalcino es uno de los más adecuados y famosos del panorama vinícola italiano. Es aquí donde encontramos una concentración de bodegas que elevan el Sangiovese a inmensas cotas de calidad, produciendo botellas que quedan en la historia del vino italiano y que alimentan la pasión de coleccionistas de todo el mundo. Entre los diversos productores que se concentran en esta zona, una pequeña bodega "boutique" digna de mención es San Filippo. Situado al este de Montalcino, fue fundado en 1972, y luego fue adquirido por Roberto Giannelli, el actual propietario, que en los primeros años se dedicó a la renovación de los edificios y las zonas exteriores, y luego se concentró en la creación de un complejo vinícola de gran encanto. La finca tiene unas 22 hectáreas de terreno, 11 de las cuales están dedicadas a viñedos, donde se cultiva Sangiovese, la principal uva de esta zona, Merlot y Syrah, y una hectárea y media está reservada al cultivo de olivos. Los viñedos están divididos en cuatro parcelas diferentes, caracterizadas por un suelo de origen predominantemente eoceno, marcado por la presencia de arcilla y marga, y tienen una densidad de plantación de entre 3.000 y 5.000 cepas por hectárea. En la bodega, todo gira en torno a los principios de naturalidad y calidad, siguiendo cada etapa de la producción, desde la vendimia hasta el embotellado, con el máximo rigor y escrupulosidad. En la actualidad, San Filippo produce unas 70.000 botellas al año, que se distribuyen en su mayoría en el extranjero, desde Estados Unidos hasta Gran Bretaña, pasando por Rusia, Hong Kong y Japón; dentro de la gama destacan el Brunello di Montalcino, declinado tanto con la etiqueta "San Filippo" como con "Le Lucére", y el Rosso di Montalcino "Scorno". Botellas que cuentan la historia del territorio, de su subsuelo y de la historia de una bodega que, año tras año, sigue teniendo un éxito creciente, como demuestran las altas puntuaciones otorgadas por las principales guías de vinos extranjeras.