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Pietracupa

Hace tiempo que se sabe que el territorio irpino es capaz de expresar algunos de los mejores vinos blancos italianos. Sin embargo, también es gracias al extraordinario trabajo realizado por Sabino Loffredo y su bodega Pietracupa que esto es ya una certeza consolidada en el imaginario colectivo. De hecho, desde que Sabino tomó las riendas de la pequeña bodega de su padre -fue en 1999- el crecimiento de la bodega Pietracupa ha sido constante, continuo e imparable, y temporada tras temporada, añada tras añada, nos ha dado vinos de Fiano di Avelino y Greco di Tufo de absoluta profundidad. Estos vinos son profundos y minerales, elegantes como pocos, luminosos y multifacéticos. Botellas de gran longevidad, así como interpretaciones únicas e inimitables del extraordinario territorio irpino. No sólo eso, desde hace unos años -desde 2008 para ser exactos- el propio Sabino Loffredo ha decidido competir con el más grande de los tintos del sur: Taurasi.
Y así, una pequeña parcela adquirida en Torre Le Nocelle, una zona ideal para la producción de un gran Aglianico, está dando también grandes satisfacciones en vino tinto. Actualmente hay poco más de siete hectáreas plantadas de viñedos: estamos en el territorio del municipio de Montefredane, y sobre suelos volcánicos, caracterizados por una excelente exposición y una excelente amplitud térmica entre el día y la noche, se cultivan las viñas respetando plenamente el medio ambiente y el ecosistema, siguiendo las reglas de una agricultura convencional pero nunca invasiva.
Entre las hileras se utiliza abono verde, y el cobre y el azufre son las soluciones adoptadas para combatir los hongos, los parásitos y las enfermedades de las plantas. En la bodega, gracias a la valiosa colaboración del enólogo Carmine Valentino, se controla escrupulosamente cada paso de la producción.
Con unas 40 mil botellas al año, Pietracupa es desde hace tiempo una realidad que, cosecha tras cosecha, sigue ofreciendo emociones que ningún amante del vino debería perderse.