Masseria

La zona de las Langhe, en torno a Alba, es sin duda la zona vinícola más adecuada y reconocida del Piamonte. Es sobre todo gracias al importante cultivo del Nebbiolo, que da vida a dos grandes vinos tintos, el Barolo y el Barbaresco, que este terruño se ha convertido en uno de los más conocidos del mundo, apreciado tanto por los coleccionistas más curtidos como por los simples amantes del buen vino. Aquí se concentran muchas realidades productivas, algunas con una historia antigua, otras de constitución más reciente.
Los orígenes de Cascina Masseria comenzaron hace poco menos de sesenta años, en 1960. Lorenzo Giordano, junto con su esposa Giustina, decidió comprar la finca y, con la ayuda de sus hijos Piero y Bruno, comenzó los trabajos necesarios para replantar nuevos viñedos y avellanos. Al principio, el negocio se centró en la venta de las uvas cultivadas, mientras que en la década de 2000 nació la idea de elaborar vino con la propia fruta de la finca, desarrollando así una verdadera bodega. Las figuras clave que ayudaron a impulsar este cambio radical de dirección fueron Stefano y Alessandro, los hijos de Bruno, ambos jóvenes diplomados en viticultura por la escuela de Alba.
Fue el inicio de un nuevo camino, que desde el principio estuvo marcado por la voluntad de crear productos fruto de un desarrollo natural y en armonía con el entorno. Así, en los viñedos, el cultivo se basa totalmente en la gestión integrada de plagas, asistida por la escarda mecánica, prácticas utilizadas para reducir drásticamente el uso de sustancias químicas. En la bodega, este enfoque continúa durante la vinificación, donde el uso de métodos tradicionales y de tecnología moderna permite la creación de vinos fieles a la variedad de uva original.
Una interesante y bien montada gama de productos, desde etiquetas simples y sencillas, como el Dolcetto d'Alba, hasta otras de gran profundidad, como los "Padùs" o el Barbaresco DOCG.