Manos Negras

Cuatro nombres, cuatro personas y, sobre todo, cuatro profesionales que han hecho cosas importantes en el mundo del vino, han decidido unir sus fuerzas en un proyecto común, dando lugar a la bodega "Manos Negras", llamada así deliberadamente en la firme creencia de que los verdaderos enólogos son los que se arremangan y se ensucian las manos.
Jeff Mausbach, que desde hace más de diez años participa junto a Alejandro Sejanovich en la gestión de la Bodega Catena Zapata, contó con la ciencia enológica del profesor Jason Mabbett, docente de la Universidad de Auckland, a la que se sumó el asesoramiento profesional de Duncan Killiner, considerado uno de los mayores expertos en vino de Sudamérica.
Así nació el proyecto Manos Negras, que, basado en profundos conocimientos, importantes habilidades, larga experiencia y buenos principios, propone etiquetas artesanales que sintetizan el alma verdadera y más intrínseca de la enología argentina y chilena. Vinos que son verdaderos en su esencia, expresivos de las tierras en las que nacieron, y generosos al ofrecerse en todos los sentidos. El viaje comienza en Argentina, donde las variedades de vid que se encuentran son las de Pinot Noir, Malbec y Torrontés, que van desde la Patagonia, la zona que ocupa el extremo sur del país, hasta las zonas vinícolas de Salta y Mendoza. Al otro lado de la frontera, en Chile, vamos desde el Alto Maipo hasta Colchagua, para llegar a las tierras de Casablanca, y entre las hileras de viñas las uvas que crecen son las de cabernet sauvignon, sauvignon blanc y carménère.
En cualquier caso, el punto de partida es una filosofía basada en cuidadosas elecciones agronómicas que respetan al máximo el medio ambiente, la naturaleza, la biodiversidad y el ecosistema, de manera que desde el viñedo hasta la bodega el enfoque no cambia, y todos los procesos de producción se gestionan de manera que es la materia prima la que domina todo. El resultado es simplemente excelente.