Imperiale
La finca Imperiale es ahora propiedad de Matteo Frollani; nacida y criada sobre los sólidos cimientos establecidos por generaciones y generaciones de agricultores de la familia de Matteo -incluido su padre, Enio Frollani, uno de los seis miembros fundadores de la DOC Bolgheri-, la empresa está experimentando actualmente una especie de renacimiento, gracias a la impronta completamente nueva que le ha dado Matteo.
Decidido a llevar adelante sus ideales de salubridad y respeto por el medio ambiente, y a ponerlos en primer plano en el perfeccionamiento de sus productos, Matteo se apoya en métodos innovadores, apostando por cosas que muchos consideran vacías.
Así, entre otras cosas, se ha popularizado la idea de plantar granos antiguos (a pesar de su bajo rendimiento) y extraer de ellos harina y pasta, y la de patentar nuevos métodos para productos tradicionales, como la miel en barricas.
Matteo, en contra de la opinión y los consejos de muchos, también ha plantado cientos de olivos y ha decidido, al mismo tiempo, producir sus vinos dando voz, exclusivamente, a sus principios.
Los viñedos de la finca fueron plantados por Enio Frollani, que fue uno de los primeros en creer en el potencial de la zona de Bolgheri; Enio, durante las reuniones que precedieron a la fundación del consorcio de la DOC, identificó los suelos más adecuados para el cultivo de la vid -suelos arcillosos-limosos con grava y esqueleto-, lo que garantiza la producción de vinos realmente únicos.
Actualmente, hay dos vinos de la finca Imperiale: "Scapestrato" e "Imperfetto".
El nombre "Scapestrato" pretende reflejar el lado más libre e indómito del carácter de Matteo; la idea de dar este nombre al vino surge del deseo de transmitirle una parte de su productor, al tiempo que se asegura de que quienes entren en contacto con la botella se vean investidos de algún modo por la personalidad de su creador. Imperfetto", por su parte, es el primer vino de la bodega con denominación de origen Bolgheri, extraído de un viñedo plantado en 2003; en aquel momento la única variedad disponible era la Cabernet Sauvignon y esto obligó inevitablemente a elaborar un vino puro.
Cuando se concibió, todos los que oyeron hablar de este proyecto lo juzgaron "Imperfecto" y, precisamente por los juicios que se emitieron, Matteo decidió apuntar más alto de lo esperado, consiguiendo resultados inesperados: hoy, de este vino, sólo la etiqueta, deliberadamente torcida, es "imperfecta".
