Gut Oggau

Stephanie y Eduard Tscheppe-Eselböck se hicieron cargo en 2007 de una propiedad del siglo XVII en Oggau (Austria), que hoy cuenta con una superficie de viñedo de unas 14 hectáreas y que se cultiva desde el principio de acuerdo con la agricultura biodinámica. Aunque Stephanie procede de una familia de famosos restauradores y Eduard tiene una larga tradición familiar en la elaboración de vinos, la primera cosecha fue una verdadera apuesta para ambos, ya que no estaban familiarizados con el suelo y el clima de la región y no sabían lo que podían conseguir en la bodega. Sus cuvées, elaboradas con variedades como blaufränkisch, zweigelt, grüner veltliner, weissburgunder y gewürztraminer, están dedicadas a los distintos miembros de la familia de los anteriores propietarios de la finca, y las etiquetas con retratos son tan admirables que se expusieron en la muestra "Design & Wine" del Museo de Arte Moderno de San Francisco. Los vinos, desde los más estructurados, dedicados al patriarca de la familia, Bertholdi, y su esposa Mechtild, hasta los más frescos y ácidos, son todos expresión de una parcela muy precisa, con la intención de dar al terruño el peso que merece. Stephanie y Eduard no sólo no utilizan fertilizantes ni pesticidas sintéticos, sino que también emplean tratamientos biodinámicos tradicionales en el viñedo con estiércol de cuerno y de cuarzo, siguiendo el calendario lunar, y en la bodega prefieren la fermentación espontánea con levaduras autóctonas. Por último, junto con la bodega, Stephanie y Eduard dirigen una granja/rancho donde sirven platos típicos de la zona, como carne ahumada, diversos productos para untar, pasteles, buristo y paté de la región, así como la legendaria Lammbratwurst de cordero y el Oggauer Feuerfleck, una especie de pan turco crujiente, servido con bacon, queso y cebolla.