Charles Smith

Charles Smith, un empresario autodidacta, se ha convertido rápidamente en uno de los viticultores más exitosos de la región del noroeste del Pacífico. Antiguo mánager de grupos de rock, también es conocido por evitar las etiquetas más convencionales y centrarse en cambio en imágenes en blanco y negro que hacen un guiño a la cultura pop. Smith elabora sus vinos en la pequeña ciudad de Walla Walla, a cuatro horas en coche de Seattle. Una zona con una larga tradición agrícola, con numerosos campos de trigo y huertos, que ya se estaba convirtiendo en un centro vinícola cuando Smith se trasladó allí a finales de la década de 1990. Hoy, 17 años después de que presentara sus primeras 330 cajas de Shiraz K Vintners -entonces una variedad algo olvidada-, Smith es el tercer productor del Estado de Washington, con una producción de 650.000 cajas de vino, y sigue ganando prestigiosos premios. En enero de 2015, la revista Wine Enthusiast le coronó como "Enólogo Global del Año", sumándose a los títulos de "Mejor Bodega de la Última Década" y "Bodega del Año" de la también prestigiosa revista Wine & Spirits, así como a las elogiosas críticas de Robert Parker. Los vinos de Charles Smith están ciertamente influenciados por los vinos europeos, pero la comunicación sobre ellos, sus etiquetas y sus envases tienen un rostro moderno y totalmente americano; en sus etiquetas, de hecho, incluye referencias a la cultura nacional -no es casualidad que su Riesling, llamado Kung Fu Girl, esté inspirado en la escena final de la famosa Kill Bill de Quentin Tarantino-, así como información sobre el propio vino. Además de la bodega, Smith dirige ahora una sala de degustación y un restaurante de dos niveles, impulsado una vez más, como siempre en su vida, por el deseo de implicarse y dar a la gente algo auténtico.