Baglio Ingardia

El corazón de la finca Baglio Ingardia es el majestuoso baglio que data del siglo XVIII -época en la que fue construido por el barón Todaro della Galia- y que ahora se utiliza como hotel y como bodega de elaboración y crianza de vinos. Desde que fue adquirido por Salvatore Ingardia, hace aproximadamente un siglo, el baglio ha ido aumentando progresivamente sus terrenos, hasta llegar a ocupar treinta hectáreas, en las que se alternan los viñedos con los olivares.
Las decisiones tomadas por Mariella y sus hijos Nicola y Salvatore, hija y nieto del fundador respectivamente, que ahora participan activamente en la gestión de la empresa, han llevado a la conversión a la agricultura ecológica, que aún está en curso, y a la adopción de prácticas agrícolas y, en general, de producción totalmente ecosostenibles y respetuosas con el medio ambiente, la naturaleza y el territorio. Los abonos orgánicos se utilizan sobre todo entre las filas, y el abono verde y las leguminosas se utilizan ampliamente, estas últimas tanto para abonar como para proteger el suelo. No es nuevo en la atención y apreciación de los críticos de vino, la empresa ofrece una gama de vinos elaborados a partir de variedades autóctonas, soleados y relajados, que podemos contar sin reservas entre los valores seguros que Sicilia con resultados constantemente mejorados ofrece a los simples bebedores y entusiastas.
El escenario en el que podemos situar la bodega Baglio Ingardia es el de la campiña de Trapani, y la bodega se encuentra a los pies del monte Erice. De aquí salen etiquetas sencillamente excelentes que responden a los nombres de "Munir" y "Ventu": Catarratto, Grillo y Nero d'Avola, vinos que cuentan la historia de la mejor esencia enológica de la Gran Isla. Vinos que remiten a la bodega Baglio Ingardia, hija de una historia centenaria, que cosecha tras cosecha, temporada tras temporada, sigue siendo capaz de emocionar con copas para apreciar desde el principio hasta el último sorbo.