Zaccagnini

La bodega de Marcello Zaccagnini ha crecido rápida y constantemente a partir de una empresa familiar iniciada a finales de los años setenta -en 1978 para ser exactos- con el objetivo de "la calidad total, del racimo a la copa". Hoy es una realidad internacional, que puede contar con una superficie de más de trescientas hectáreas de hermosos viñedos, cuidados y controlados en cada etapa de la producción. Estamos en el municipio de Bolognano, en la provincia de Pescara, en el interior de esa hermosa región de los Abruzos que mira hacia la Majella. Es aquí donde nacen algunos de los vinos de Montepulciano más interesantes de toda la denominación: todos ellos vinos de altísima calidad, capaces de ser de estilo contemporáneo sin perder nunca de vista la gran tradición de estos lugares. Para acompañarlos, Zaccagnini ofrece una línea que va con gran continuidad desde el Chardonnay hasta el Passerina, pasando por aquellas botellas caracterizadas por el "tralcetto", símbolo de continuidad entre el vino en la copa y la planta de la que procede. En el viñedo, con una extensión tan grande de hileras, las características y connotaciones de los suelos y del microclima son plurales y variadas, ofreciendo a la bodega la posibilidad de seleccionar cuidadosamente los mejores racimos para cada tipo de vino específico. Obviamente, predomina la variedad Montepulciano, pero también se cultivan todas las demás variedades autóctonas de los Abruzos, así como las principales variedades de vid internacionales y, lo que es más importante, con respeto al medio ambiente y al ecosistema, siempre se dedica el máximo cuidado y atención a cada planta individual. En la bodega se presta la misma atención a cada paso de la producción, y aunque la producción media anual alcanza la importante cifra de tres millones de botellas, el nivel de calidad que expresa cada etiqueta Zaccagnini es siempre el más alto. De la línea "Tralcetto" a la línea "San Clemente", de la línea "Kasaura" a la línea "Cuvée dell'Abate", pasando por el Pecorino "Yamada" y la Passerina "Ispiria", y recordando luego el Cerasuolo d'Abruzzo "Myosotis" y el Passito "Clematis", sin dejar de lado obviamente a todos los demás, los vinos Zaccagnini hablan unánimemente el lenguaje de la más alta excelencia enológica de los Abruzos. Vinos para amar desde el primer sorbo hasta la última gota.