Stomennano

Mencionado en documentos históricos que se remontan a 1059, Stomennano es un pequeño pueblo de origen etrusco, encaramado en lo alto de una encantadora colina frente a Monteriggioni. Nos encontramos en la provincia de Siena, en la zona del Chianti Classico, y es aquí donde se encuentra la finca vinícola "Stomennano" del mismo nombre, actualmente propiedad de Matteo Lupi Grassi, que está asistido en la bodega por el enólogo Lorenzo Landi y en el viñedo por el agrónomo Attilio Persia. Sobre todo, es descendiente de una antigua familia sienesa cuyos vestigios se remontan a la Edad Media, y que está establecida en Stomennano desde hace más de dos siglos y medio. Dividida entre viñedos, olivares, tierras de cultivo y bosques, y siempre comprometida con la producción de vinos y aceite de oliva virgen extra de la más alta calidad, la finca cuenta con una extensión de viñedo de unas once hectáreas, donde encontramos tanto variedades autóctonas como internacionales. Las cepas de Sangiovese, Colorino y Canaiolo para las uvas oscuras, y luego Chardonnay y Trebbiano para las blancas, se cultivan con pleno respeto a la naturaleza, el medio ambiente y el ecosistema, de modo que las uvas se cosechan con el máximo cuidado. Desde el viñedo hasta la bodega, la atención es siempre la misma, de modo que cada etapa de la producción se controla meticulosamente con el máximo cuidado: la fermentación se realiza en acero inoxidable a temperatura controlada, con una larga maceración sobre los hollejos para los vinos tintos, mientras que la crianza se lleva a cabo en barricas de roble francés o en grandes toneles, excepto para los vinos blancos que se envejecen en acero inoxidable. Así se crean las etiquetas de la bodega Stomennano. Cuatro vinos, por el momento: un tinto toscano con indicación geográfica típica, un Chianti Classico y un Chianti Classico Riserva, para terminar con un blanco a base de chardonnay y trebbiano, también con indicación geográfica típica. Vinos, los de la bodega Stomennano, altamente expresivos, fieles y adheridos a su terruño, y elegantemente naturales como pocos saben ser.