Pommery

Fue en 1858 cuando Madame Pommery, ya viuda, sentó las bases de lo que se convertiría en una de las casas de champán más importantes. Mujer tenaz y ambiciosa, Madame Pommery se lanzó a la conquista de los mercados nacionales e internacionales, trastocando sin reparos las reglas de la gestión empresarial. Comprendió el potencial de ciertos mercados extranjeros, en particular el inglés, y sentó las bases de la promoción de un producto de lujo adoptando una estrategia destinada a realzar su estilo e imagen. Estas profundas revoluciones también afectaron al producto, ya que, con el paso del tiempo, Madame Pommery se dio cuenta de que los gustos de la época estaban cambiando y que era necesario mejorar las técnicas de producción para mejorar la calidad del Champagne y reducir progresivamente su dulzor. Así, en 1874, nació el que se considera el primer champán Brut de la historia. Más recientemente, en 2002, Pommery pasó a formar parte del grupo Vranken y su presidente, Paul-Francois Vranken, continuó la labor emprendida por la familia Pommery, combinando el espíritu de vanguardia con la generosidad, la tenacidad y la pasión que a lo largo de los años han hecho de los productos Pommery una referencia para todo el Champagne. Hoy en día, esta casa de Reims compra uvas de viñedos que abarcan unas 34.000 hectáreas, y cuenta con sus propios viñedos de más de 250 hectáreas, donde el trabajo entre las filas -donde se cultivan principalmente chardonnay y pinot noir- se realiza según prácticas de trabajo sostenibles. Las operaciones de la bodega están supervisadas por Clément Pierlot, que se unió al grupo Vranken en 2004 y ahora controla por completo todo lo que gira en torno al mundo de Pommery. Hoy en día, en la maison se crean varias botellas, algunas clásicamente tradicionales, como el Brut "Royal" o el "Apanage", otras fruto de la experimentación y la innovación, como el "Pop Earth", champán nacido de la utilización de uvas cultivadas y criadas con métodos 100% sostenibles.