Paradiso di Manfredi

Fue en 1950 cuando Manfredi Martini y su esposa Fortunata compraron la finca "Il Paradiso", un caserío no lejos de Montalcino. Hoy, más de medio siglo después, esa tradición y el deseo de producir un vino capaz de expresar lo mejor de las características típicas del territorio continúan inalterables gracias al trabajo realizado por Florio Guerrini, yerno de Manfredi. El respeto por la naturaleza, la vinificación tradicional, los largos tiempos de espera, son algunos de los ingredientes declarados por quienes gustan de definirse como los "guardianes" de Il Paradiso. Aquí, de hecho, se puede hablar de viticultura natural sin peros, la labor del hombre es sólo la de apoyar lo que la naturaleza, cada año, es capaz de ofrecer. Los vinos resultantes son maravillosos, algunos de los mejores ejemplos de las cosas buenas que Montalcino es capaz de expresar con su Brunello.