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Montenidoli

Montenidoli se encuentra en una zona espléndida, en las afueras de San Gimignano; los etruscos fueron los primeros en descubrir su vocación y plantaron las primeras vides, seguidos por los romanos y los templarios. Elisabetta Fagiuoli y su marido Sergio fundaron su empresa en 1965; Elisabetta, en particular, que tiene una tradición vinícola familiar que se remonta al siglo XVII, se ha puesto al servicio de este territorio con gran entusiasmo, respetando sus valores y tradiciones. Por ello, desde el principio se ha respetado la tierra; se ha dado prioridad a los métodos exclusivamente orgánicos y sólo se ha utilizado azufre y cobre contra los parásitos. El viñedo de la finca abarca 24 hectáreas; la parte más baja de los viñedos se remonta al período cuaternario y está compuesta por sedimentos calcáreos dejados por el mar de Liguria, que son esenciales para nutrir y perfumar los vinos blancos, mientras que más arriba el suelo se remonta al período triásico, es el más antiguo de la Toscana y es muy rico en minerales y precioso para los vinos tintos. Aunque la propiedad se ha ampliado a lo largo de los años, las variedades autóctonas nunca han desaparecido; la Vernaccia, el Sangiovese, el Canaiolo, el Trebbiano Gentile y la Malvasia Bianca siguen siendo los principales ingredientes de los vinos de Elisabetta. En particular, la Vernaccia de Elisabetta, en todas sus diferentes versiones -macerada, refinada en tanques de cemento vitrificado o totalmente procesada en madera-, es testigo tanto de la tipicidad y complejidad de la variedad como de los aspectos más tradicionales y auténticos que siempre han estado vinculados a su producción. Desde el primer vino producido, en 1971, seleccionado por el propio Luigi Veronelli en una de sus primeras revisiones, nada ha cambiado; los blancos y tintos de Elisabetta han sido siempre vinos de primera línea, expresiones claras del territorio autóctono, poco proclives a hacer guiños a las exigencias del mercado.