Livio Felluga

Nombre único en el panorama vitivinícola italiano, además de símbolo de una región y de sus vinos, es fácil ver cómo la historia de Livio Felluga se entrelaza con la de todo un territorio. Una historia cuyo protagonista es una familia que ha sobrevivido a dos guerras mundiales, ha sido testigo del cambio de las fronteras a su alrededor y luego ha decidido establecerse en las suaves estribaciones de Friuli. Fue aquí, no lejos de Cormòns, en la provincia de Gorizia, donde Livio Felluga tuvo que emprender una nueva batalla para resucitar las colinas, convencido de que sólo el renacimiento de la agricultura de calidad podría devolver la vida al campo friulano. Con gran valentía comenzó a reordenar los antiguos viñedos y a plantar otros nuevos, introduciendo ideas y métodos innovadores. Un trabajo duro, hecho de terquedad y pasión, que le llevará a lo largo de los años a crear una de las empresas más bellas y significativas de la Península, adquiriendo el justo título unánimemente reconocido de refundador de la tradición vinícola friulana.
En la actualidad, la empresa puede contar con una amplia superficie de viñedos, desde la denominación Collio hasta la denominación Colli Orientali del Friuli, que abarca unas 155 hectáreas. En el viñedo, las variedades que se encuentran son tanto autóctonas como internacionales, así tenemos Friulano y Pinot Blanc, Chardonnay y Ribolla Gialla, Sauvignon Blanc y Pinot Gris, Picolit y Refosco, Pignolo y Merlot. Uvas que se transforman en lo que se conoce como los "vinos del mapa", que siempre se ha reproducido en la etiqueta y que representa un antiguo mapa de las explotaciones de la finca.
Y así nacen "Vértigo", "Nuaré" y "Sharis", y luego, poco a poco, todos los demás, hasta llegar a "Terre Alte": vinos hijos de una bodega que aún hoy brilla por la calidad y el carácter territorial que consigue expresar, verdadera embajadora de los mejores blancos friulanos -y por tanto italianos- en todo el mundo.