Hans Rottensteiner

La bodega Hans Rottensteiner, asociada desde siempre a la viticultura, produce vinos agradables y auténticos, siguiendo una filosofía basada en la pasión y el respeto por la tradición, la tierra y la naturaleza. La finca está situada en el fondo del valle alpino de Bolzano, en el Tirol del Sur, rodeada de un fascinante panorama de hileras de viñas y antiguas granjas. La finca pertenece a la familia desde hace varias generaciones: fue fundada por Hans Rottensteiner hacia la segunda mitad del siglo pasado, en 1956 para ser exactos. Su hijo Anton se unió a él y más tarde asumió la dirección de la bodega, aumentando la producción y las variedades cultivadas, e introduciendo el embotellado del vino, que hasta entonces se vendía a granel y principalmente en Suiza. En 2001, su hijo Hannes asumió el papel de enólogo, continuando la tradición familiar y permitiendo a Anton centrarse en el trabajo en el viñedo y en la calidad de las uvas. Un trabajo cuidadoso y riguroso tanto en el viñedo como en la bodega permite realzar las características varietales de las uvas, principalmente de las variedades locales como la schiava y lagrein.
Entre las hileras de vides, que actualmente cubren una superficie de unas diez hectáreas, existe el máximo respeto por el medio ambiente, la naturaleza y el ecosistema, e incluso las uvas que llegan de los proveedores locales de confianza, correspondientes a una cantidad equivalente a unas 85 hectáreas de vides, se controlan de forma rigurosa, a lo largo de todo el ciclo estacional y con mayor atención en las proximidades de la vendimia.
En la bodega, la media de 450.000 botellas producidas cada año cobra vida con las más modernas tecnologías de vinificación, aplicadas siempre con el máximo respeto a las más arraigadas tradiciones locales. Para la crianza, además de las grandes barricas de roble, se utilizan también barricas y depósitos de acero, pero sobre todo se "escucha" al vino, tratando de potenciar y exaltar todo lo que la estación y el territorio han "contado" en la fruta. El resultado de todo ello es una gama de etiquetas que, de momento, se divide en cinco líneas diferentes: cuvée, classic, cru, select y passito. Tanto si se elaboran con variedades de uva autóctonas como con variedades internacionales, estos vinos son sencillamente excelentes.