Gruss

La familia Gruss lleva tres generaciones dedicándose a la producción de vinos de calidad. Estamos en Alsacia, una región que, tanto cultural como enológicamente, tiene mucho en común con Alemania. La familia Gruss reside en Alsacia desde el siglo XVII, pero fue a principios del siglo XX cuando Eugène Gruss empezó a comprar y vender vino. Más tarde, el hijo de Eugène, Joseph, siguiendo en parte los pasos de su padre, optó por seguir activo en el negocio del vino, pero no para comerciar, sino para abrir su propia bodega para cultivar viñas, producir vino y embotellarlo con su propio nombre.
El Domaine Gruss está situado en el centro del pueblo de Eguisheim, y desde 2001 ha experimentado un importante proceso de renovación gracias al joven Andrè, que, como enólogo muy competente, ha generado un vigoroso giro empresarial, renovando la bodega y el equipamiento para contar con un futuro aún más prestigioso para la empresa. Sin embargo, la producción se rige siempre por el "sentido común": la vendimia se realiza a mano y la vinificación se lleva a cabo en barricas de roble viejo. No hay magia en la bodega, pero todos los procesos de producción se siguen escrupulosamente. El resultado final es fruto de una interpretación atenta al territorio y fiel a la tradición. Entre las hileras de vides, las normas agronómicas que se respetan son las de la agricultura ecológica, lo que significa que nunca se utilizan sustancias químicas, sino que se planta hierba y sólo se utilizan abonos orgánicos. Respetando plenamente el equilibrio entre la naturaleza, el medio ambiente y el ecosistema, las uvas se cosechan de forma no adulterada, preciosa y concentrada en todos los matices organolépticos. En la bodega, todo está orientado a respetar el objetivo principal, que es aprovechar al máximo las peculiaridades que la estación y el territorio han sabido expresar en las uvas.
El resultado son unos vinos sencillamente excepcionales: desde el Sylvaner hasta el Pinot Gris, desde el Riesling hasta el Gewürztraminer, desde el Muscat hasta el Crémant d'Alsace, todas ellas etiquetas realmente excelentes.